Las cifras oficiales nos hablan de que el complejo hospitalario que se levanta entre Torrekua y Otaola dispondrá de 82 camas, con unas previsiones de 3.150 consultas externas al año, 20 plazas de Hospital de Día y 14.000 sesiones de rehabilitación ambulatoria.
Pero, en realidad, van a trasladar a las instalaciones del Hospital todo el ambulatorio de Torrekua, muchas consultas del ambulatorio de Toribio Etxeberria incluido el servicio de radiología, y el laboratorio de salud pública que se encuentra en Ipurua. A su vez, cierran el servicio de urgencias de noche del Punto de Atención Continuada (PAC) de Ermua y del PAC de Toribio Etxeberria, pasándolos al Hospital de Eibar. Estos son servicios que ya existían en la comarca, por lo que no vemos la justificación para la construcción de un nuevo edificio.
La paradoja es que se abra un nuevo hospital y se vacíen otros centros que ya están funcionando para llenar el nuevo edificio. Primero se construye y luego se crea la necesidad, eso sí, con el dinero de todos y todas.
Si el problema era la necesidad de camas de media y larga estancia creemos que esto hubiera sido posible habilitando en los hospitales de Arrasate y Mendaro ese servicio, ya que estos hospitales tienen los espacios y la dotación necesaria, y con una mínima inversión, nos habríamos ahorrado el gasto que supone la construcción (24 millones de euros) y el funcionamiento de un nuevo hospital. Sobre todo sabiendo que lo van a abrir con sólo 20 camas, y que de las 82 previstas sólo habrá como mucho 40 ¿De verdad no se podrían haber acondicionado esas camas en los hospitales comarcales evitando este gran gasto para las arcas públicas? También sabemos que una de las plantas quedara vacía y que el parking solo lo podrán usar las personas que trabajen en el hospital.
LAB también quiere responderle al Señor Darpon cuando nos intenta confundir diciendo que se van a crear 97 nuevos puestos de trabajo y ampliar la estructura de Osakidetza. Esto no es cierto. Lo que van a hacer es dar estabilidad a 97 puestos de trabajo de los 10.000-12.000 puestos eventuales que en la actualidad no se reflejan en su estructura oficial, pero que son imprescindibles para el funcionamiento diario de Osakidetza.
Para LAB, la prioridad para un nuevo Hospital público no estaba en Eibar y su comarca, ya que existen dos hospitales en un radio de 30 kilómetros (Arrasate y Mendaro), sino en Tolosaldea, ya que es la única comarca de toda Osakidetza que sólo dispone de un hospital privado, La Asunción. Por esta razón, la construcción de este nuevo hospital en Eibar nos parece un grave error de gestión, en la que las verdaderas prioridades parecen ser otras que no la asistencia sanitaria. De nuevo, nos encontramos ante un irresponsable macroproyecto millonario que no responde a las necesidades sanitarias reales de la población.
De todos modos, ante la inauguración del Hospital de Eibar, exigimos a Osakidetza que dote al centro de la plantilla adecuada en todas las categorías, que las contrataciones sean estables y de calidad, que se garantice una atención integral en euskera y que los servicios se pongan totalmente en marcha lo antes posible, sin vender repetidas inauguraciones del mismo hospital. También exigimos una política de gestión democrática y eficiente, donde se tengan en cuenta las opiniones de toda la plantilla y se respeten sus derechos laborales. Es decir, exigimos a Osakidetza que aproveche la oportunidad que brinda un nuevo hospital para un funcionamiento nuevo, no como el desastre del hospital de Urduliz. En resumen, un hospital con una plantilla motivada para poder dar un servicio de calidad a la población.