En el plan de euskera aceptado en 2016 se acuerda que en todos los puestos de la empresa pública, el perfil mínimo exigido tiene que ser el B2. Ahora, sin embargo, cuando ha llegado la hora de crear las bolsas de trabajo, la empresa ha puesto encima de la mesa la opción de revisar los requisitos, argumentando que las exigencias en cuanto a los perfiles podrían ser demasiado altas. Además, la propuesta realizada por EuskoTren no está sujeta a ningún requisito técnico, y deja en manos de los sindicatos realizar este cambio.
Este tipo de proposiciones nos ponen en alerta. Ya en el 2016, después de la primera convocatoria oficial que exigía el conocimiento por igual de las dos lenguas oficiales, tanto por escrito como de manera oral, se hizo un intento de rebajar los perfiles lingüísticos con el apoyo de algunos sindicatos; es más, alguno de ellos también lo comenta en su plataforma de convenio.
Teniendo en cuenta que los planes de normalización lingüística tienen como objetivo euskaldunización de la empresa, es necesario poner unos criterios firmes en las nuevas contrataciones, y no dar marcha atrás una vez conseguidos los objetivos. EuskoTren como empresa pública del sector de transporte, debería de ser referente en este ámbito, garantizando la utilización del euskera tanto con las y los usuarios como con los y las trabajadoras. Las y los trabajadores y trabajadoras de EuskoTren tienen derecho a vivir y a trabajar en euskera, y es necesario recordar que dar pasos hacia atrás en este sentido puede acarrear la vulneración de los derechos lingüísticos.
El sindicato LAB ve necesario no dar ningún paso atrás de las bases admitidas, y exige que en las oposiciones externas previstas se siga pidiendo como perfil lingüístico necesario el B2, tanto hablado como escrito.
Cuando una empresa pública, sin ningún criterio técnico pide rebajar los perfiles lingüísticos, se vuelve a demostrar que “Zilarrezko Bikain” y “Euskararen Txantxangorria” son mera apariencia. Podríamos estar ante un nuevo ataque a los derechos lingüísticos y el sindicato LAB no está dispuesto a admitirlo.