Las competencias que tenemos deben ser aprovechadas para aumentar la presión fiscal y transformar profundamente el sistema tributario. El acuerdo del gobierno de PNV-PSE con Elkarrekin Podemos va totalmente en la dirección contraria.
Este Impuesto de Grandes Fortunas debería tener mayor progresividad e incidencia que lo establecido desde Madrid si se quiere reforzar los servicios públicos que nos son imprescindibles para lael cuidado y protección de la clase trabajadora vasca. Por contra, este acuerdo supone bajar el listón y que las diputaciones vascas graven menos las rentas de capital que en el Estado español.
La política fiscal desarrollada en las últimas décadas por las diputaciones de la CAV ha hecho que se haya recaudado menos de lo necesario. Hay que recordar que actualmente el conjunto de los territorios de Hego Euskal Herria se sitúan 7 puntos por encima de la presión fiscal media de la Unión Europea. Si nos equiparáramos a la media de la UE, el Gobierno Vasco recaudaría casi 6.700 millones de euros más.
Del mismo modo, la aportación de las rentas de capital tanto a través del Impuesto sobre Sociedades como a través de los IRPF ha descendido en las últimas décadas mientras se ha extendido la precariedad laboral y los beneficios empresariales han aumentado de manera continuada. No es que el que más tiene no esté pagando más, sino que la aportación a las haciendas ha sido menor año tras año.
Tenemos grandes retos en un contexto en el que se están entrecruzando múltiples crisis. Debemos llevar a cabo transformaciones socioproductivas importantes motivadas por la emergencia ecológica y la crisis energética; necesitamos unos servicios públicos fuertes, unas pensiones mínimas dignas y como miles de personas señalábamos la semana pasada mediante la primera Huelga Feminista General de la historia en EH, es hora de construir un sistema público y comunitario de cuidados.
Por eso es necesaria una reforma profunda del sistema tributario. Por eso el Impuesto de Grandes Fortunas era una gran oportunidad para profundizar en la progresividad del sistema y tomar medidas para que los más ricos de la CAV aumenten su aportación, pero el acuerdo que acabamos de conocer está muy lejos de alcanzar ese objetivo.
El año pasado por decisión del PNV-PSE no se estableció este Impuesto de forma temporal, pero para el sindicato LAB es una oportunidad perdida el acuerdo que acabamos de conocer. No es suficiente implentar el impuesto: Gracias a un nivel menor de presión fical que el establecido en el Estado, las rentas de capital de la CAE serán menos gravadas y por tanto su aportación a las haciendas será más reducida de lo que debería de ser.