LAB reconoce que se plantean algunos pasos que ayudarán en la utilización y normalización del euskara, comparando con la situación actual. Sin renunciar a dichas medidas positivas y sin menospreciarlas, califica la propuesta de insuficiente, poco valiente y nada ambiciosa. LAB afirma que es patente que se trata de un borrador condicionado por los complejos y el discurso de los enemigos del euskara.
LAB cree sin lugar a dudas que hay que superar los límites estipulados por la vigente “Ley del Vascuence”. Es fundamental anular cuanto antes la zonificación impuesta en dicha ley, así como la derivada discriminación lingüística antidemocrática que establece entre los ciudadanos y ciudadanas, para poder garantizar los derechos lingüísticos de todos los navarros y navarras. Este borrador del decreto es preso de un marco legal discriminatorio. Lamentablemente el Gobierno no tiene intención de derogar la “Ley del Vascuence” condenando a la sociedad navarra a seguir sufriendo sus perjuicios. En las últimas tres décadas los ciudadanos y ciudadanas de la zona mixta y no vascófona han tenido menos derechos lingüísticos que los de la zona vascófona (sin ser la de éstos una situación perfecta). ¿Es esto lo mejor que puede ofrecer el llamado “Gobierno del Cambio” a estos ciudadanos y ciudadanas? ¿Es éste el mayor status al que puede aspirar el euskara (siempre muy por debajo del Español)? ¿Quién está bloqueando un verdadero cambio profundo? ¿Debemos asumir que los derechos lingüísticos de los ciudadanos y ciudadanas navarras serán diferentes dependiendo de su lugar de residencia, perpetuándose así la discriminación? ¿No va a garantizar a todos los ciudadanos y ciudadanas el derecho de elegir libremente el idioma que quieren utilizar ante la Administración? En opinión de LAB lo que se ofrece es decepcionante: se da por buena la zonificación y se coloca muy lejos la normalización que necesita el euskara.
Nuestra realidad es que el euskara es una lengua minorizada incluso en la zona vascófona. Esta situación requiere de medidas protectoras para con el euskara en todo Navarra. En el borrador del decreto se plantea que el euskara sea una lengua de segunda categoría en la zona mixta y en la no vascófona. En la zona vascófona en cambio, propone una simetría aséptica con el castellano, pero en la medida en que el euskara es lengua minorizada, desde un punto de vista meramente socio-lingüístico, sería necesaria una discriminación positiva para protegerlo y promocionarlo.
El borrador no concreta plazos para algunos de los cambios positivos que propone (el cambio de rotulación por ejemplo), o los que se concretan son muy dilatados (un año en el caso de las planificaciones que deben realizar los departamentos).
Se prioriza poder dar servicio en euskara a los ciudadanos y ciudadanas, sin garantizar que así vaya a ser en todo Navarra, pero no se propone dar pasos para que la Administración deje de funcionar exclusivamente en castellano. Hay que ir tomando medidas para que la Administración funcione en euskara también.
El objetivo de la Administración debe ser dar un servicio adecuado a los administrados y administradas, incluido un servicio bilingüe. Para ello la Administración debe concretar la capacitación lingüística de todos los puestos de trabajo, y según esto, disponer los y las trabajadoras. Por una parte, se debe garantizar el derecho de los administrados y administradas a elegir el idioma. Por otra parte, se debe asegurar el derecho de todas y todos los trabajadores de la Administración a aprender euskara dentro del horario de trabajo, sin coste y siendo sustituidos mientras aprenden. Es responsabilidad de la Administración que los trabajadores y trabajadoras aprendan euskara, y garantizar este derecho le ayudará a normalizar el euskara dentro de la misma.
Los trabajadores y trabajadoras debemos ser agentes activos en la normalización del euskara. LAB está dispuesto a ayudar, a hacer aportaciones y a trabajar en este proceso.