La última reforma laboral, adoptada por decreto, supone una agresión en toda regla con consecuencias realmente graves para toda la clase trabajadora: para aquellas personas que tienen empleo -ya que establece mecanismos para que afecte no sólo a las nuevas contrataciones, sino también a las anteriores-, así como para quienes se encuentran en desempleo -ya que la reforma no va a crear empleo, en todo caso va a destruirlo, y de ahora en adelante acceder al mercado laboral no va a asegurar unas condiciones de vida mínimamente dignas-.
BASTA de agresiones a la clase trabajadora. Euskal Herria dice NO a la reforma laboral
La crisis no es la razón de esta reforma, sino su excusa, una excusa para aumentar el poder de la patronal de forma desmedida. Su objetivo no es luchar contra la precariedad o el desempleo, como pretenden vendernos. Esta reforma no es más que el regalo que desde siempre vienen reclamando: más poder para despedir, para bajar salarios y para incumplir los convenios colectivos.
Empleo:
• Los EREs no tendrán que pasar por la autoridad laboral. Las empresas tendrán las manos libres para aplicar despidos colectivos.
• Se extiende la posibilidad de aplicar expedientes también en las administraciones públicas, para continuar recortando en los servicios públicos, servicios que utilizamos y necesitamos todas y todos.
• Contratos de jornada parcial: aunque sean de jornada parcial, se podrán hacer horas extras. Es decir, con un contrato así podrán cubrir en la práctica una jornada completa. Esta modalidad está dirigida a las mujeres. No es una medida de conciliación, sino una forma de convertir el empleo de las mujeres en una “ayuda al salario familiar” y de que las “obligaciones familiares” sean obligación exclusivamente de las mujeres.
• Contrato indefinido de “apoyo a los emprendedores”: despido libre y sin indemnizacón durante el primer año. Este contrato está dirigido a empresas con plantillas de menos de 50, es decir, podrán aplicarlo el 97% de las empresas de Hego Euskal Herria.
• ETTs: se les da mayor protagonismo y más competencias. Es una forma de privatizar los servicios públicos de empleo.
La negociación colectiva completamente desregulada
El empresario tiene la potestad de cambiar las condiciones laborales como le venga en gana. Se le otorga la capacidad de no aplicar lo acordado por convenio, ya sea el salario, el horario o la jornada. Esto, además de empeorar nuestras condiciones laborales, provocará una rebaja continua y progresiva de salarios y, por tanto, un empobrecimiento continuo y progresivo de la sociedad, ya que las empresas entrarán en una competición por bajar los precios a costa de las y los trabajadores.
Además de vulnerar nuestros derechos, también han finiquitado un instrumento básico de la clase trabajadora para defender esos derechos. Han finiquitado la negociación colectiva. Por una parte la han centralizado, poniendo los convenios de nivel estatal por encima de los provinciales, con la pérdida de derechos que supone esto, y por otra han otorgado capacidad absoluta a la empresa para dejar sin valor lo acordado. Han impuesto el arbitraje obligatorio para no alicar los convenios y, además, han suprimido la ultraactividad, lo que deja sin aplicación los convenios que lleven dos años sin renovarse.
Un modelo de relaciones laborales unilateral
Han cambiado por completo el modelo de relaciones laborales por medio de esta reforma para imponernos uno completamente unilateral. No se puede hablar de negociciación colectiva, si no es necesario llegar a acuerdos. Y no existe negociación colectiva si los empresarios tienen todo el poder de hacer y desacer lo que les venga en gana y trabajadoras y trabajadores no tenemos más que la amenaza del paro.
NO se trata de otra reforma más, sino de la reforma que acaba con el modelo de relaciones laborales que existía hasta el momento. El Estado ha decidido retirarse, hacer dejación de su función de mediador y garante de derechos. Sin embargo, antes le ha regalado la legislación laboral a la patronal: de ser un instrumento para garantizar derechos laborales, la han convertido en un instrumento para garantizar los privilegios del capital.
Una respuesta contundente y amplia en todo Hego Euskal Herria
Debemos responder. La clase trabajadora de Euskal Herria tenemos que dar una respuesta alta y clara. No tenemos futuro alguno dentro de un Estado dispuesto a cumplir todas las apetencias y peticiones del capital. Las trabajadoras y trabajadores no estamos dispuestos a aceptar todos los recortes, reformas e imposiciones que nos llegan desde Madrid. Así lo hemos dejado claro y vamos a luchar por ello.
Es cada vez más urgente construir un Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social, ya que ésa es la única manera de protegernos de todas estas agresiones: decidir y constituir aquí cuáles son las normas que rigen nuestras relaciones laborales, libres de imposiciones. Es cada vez más urgente construir otro modelo económico y social en Euskal Herria, ya que ésa es la única forma de escapar del desastre al que nos están conduciendo desde Madrid. De lo contrario, más pronto que tarde, terminaremos hundiéndonos junto con España. En Euskal Herria podemos hacerlo. Tenemos una situación económica distinta pero, lo que es más importante, desde nuestra situación política, sindical y social tenemos la oportunidad de marcarnos un camino propio y la fuerza suficiente para recorrerlo. ¡Vamos a ello!