El paro registrado en Hego Euskal Herria al finalizar el mes de febrero se situó en un total de 153.702 personas, según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal. Y el 57,6% son mujeres.
A excepción de Nafarroa en todos los territorios se ha producido un ligero descenso del paro con respecto al mes anterior. Esta evolución a favorecido a los hombres, sin embargo, no ha tenido reflejo positivo en el paro femenino. Asimismo, se ha producido un importante repunte del paro juvenil, y el número de jóvenes desempleados menores de 25 años ha aumentado en 519 desde enero (+4,8%).
Por otro lado, persiste el uso generalizado e injustificado de la contratación temporal: nueve de cada diez contratos firmados en febrero han sido temporales.
De manera que la reducción del desempleo se produce a costa de agravar la precariedad laboral hasta niveles inaceptables, hasta tal punto que según los últimos sondeos de opinión las malas condiciones laborales se han convertido en el mayor problema para la sociedad vasca, desbancando incluso al paro como primera y principal causa de preocupación.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó en febrero un informe (“Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2019”) donde subraya que “la incidencia del empleo temporal vuelve a aumentar (…) y con ello se agrava la inseguridad de los ingresos salariales”.
La OIT sitúa al Estado español a la cabeza de la Unión Europea en temporalidad e inestabilidad laboral; y alerta de que es el Estado miembro donde se realizan más contratos con una duración inferior a seis meses, en concreto cerca del 60% de los contratos temporales firmados.
Sin embargo, en Hego Euskal Herria superamos ese vergonzoso récord; y según los boletines estadísticos elaborados por el SEPE el 65% de los contratos temporales registrados en el conjunto de los cuatro territorios no supera los seis meses de duración.
Aunque en realidad estos porcentajes son más elevados, porque también habría que añadir los contratos temporales de duración indeterminada (desconocida en el momento de la firma) que finalmente tampoco superan los seis meses.
Este deterioro de las condiciones de trabajo está provocando el aumento de la pobreza laboral, en la medida en que lograr un empleo cada está más lejos de garantizar el acceso a una calidad de vida digna.
Mientras tanto, el gobierno de Pedro Sánchez se refugia ahora en el adelanto electoral para incumplir sus compromisos y no derogar los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012. Pero eso sí, promete abordar esta materia en la siguiente legislatura, dejando para mañana lo que perfectamente podría hacer hoy.