Arcelor Mittal está jugando con el futuro de centenares de trabajadores y trabajadoras, ocultando información, actuando sin piedad en función de sus intereses. No creemos que se trate de una decisión improvisada, sino que responde a un plan preparado de antemano.
Ante esta situación hay dos opciones: o el Gobierno Vasco sabía cuál era la intención de Arcelor Mittal y por lo tanto, ha sido cooperador necesario en la ejecución del plan o Arcelor Mittal se ríe del Gobierno Vasco, y por consiguiente, de la sociedad vasca.
En cualquier caso ha quedado manifiesta la subordinación del Gobierno Vasco respecto a la multinacional. Exigimos al Gobierno que deje de hacer los recados de estas multinacionales en Bruselas y que de una vez empiece a trabajar para garantizar el futuro de los empleos del sector y el futuro de éste.