La solución no va a venir con la firma de ERTEs ni convenios de empresa a la medida de la multinacional. El futuro dependerá de que a nivel de Euskal Herria los sindicatos seamos capaces de aunar fuerzas para poner en la agenda la necesidad de inversiones, nuevas contrataciones y contrato de relevo. Para ello, hicimos hace un año una propuesta concreta al resto de sindicatos (ELA, CCOO y UGT). Seguimos esperando su respuesta.
LAB lo tenía claro y, después de las reuniones celebradas, ha quedado más en evidencia la no necesidad de este ERTE. La empresa no ha demostrado que sean necesarias nuevas medidas como consecuencia del Covid-19. Se ha limitado a hacer pronósticos a futuro, sin demostrar la incidencia de la pandemia en la situación económica y productiva de la empresa. Por eso, su trabajo no ha ido dirigido a convencer de la necesidad del ERTE y a negociar con los sindicatos, sino a amenazar con despidos. No es un ERTE para garantizar el empleo. Desde 2009 se lleva aplicando ininterrumpidamente un ERTE en Arcelor Mittal. El resultado es alarmante: en el estado en 2009 había más de 12.000 trabajadores y trabajadoras. Ahora hay poco más de 8.000. Se han destruido 4.000 puestos. En Euskal Herria se ha destruido más de la mitad de los puestos de trabajo en este período. Parte de ese empleo de calidad y fijo ha sido sustituido por un cada vez mayor número de subcontratas y ETTs.
El objetivo de este ERTE es ahorrar dinero a costa de las y los trabajadores y de las arcas públicas. Por ello, no ha negociado nada y ha ofrecido unos complementos salariales muy inferiores a los del ERTE del 2009, apenas un 75% con pérdida tanto en vacaciones y en las pagas extras. Además, no ha ofrecido ningún compromiso para la multinacional, tales como como una garantía de mantener el empleo, inversiones, o no subcontratar más actividades…