Siempre son los servicios públicos como la educación, la sanidad y el resto de servicios públicos los que pagan los platos rotos de unas políticas erróneas e injustas para la clase trabajadora. Desde el inicio de la crisis, las políticas de los gobiernos han ido en la misma dirección; reducir el gasto público y social, es decir, que la crisis la pague el bienestar de las personas.
Es por ello que aplaudimos y apoyamos las movilizaciones surgidas en Catalunya. En los últimos meses, estamos viendo como la educación se ha situado en medio del debate político a nivel estatal. Nosotras y nosotros consideramos que la educación es clave tanto en el proceso soberanista de Catalunya, así como para el cambio social y la construcción nacional.
La enseñanza no es un gasto sino una inversión en una sociedad mejor, y la educación es un derecho básico de todas las personas y es por ello que tiene que estar garantizada por los gobiernos, por lo que no se puede aceptar ningún recorte en estas cuestiones.
Asimismo y ya para finalizar desde el sindicato LAB llamamos a las y los trabajadores de la enseñanza y a la sociedad catalana en su conjunto a secundar las movilizaciones en favor de una enseñanza publica y de calidad. La Catalunya del futuro lo agradecerá.