Desde el sindicato LAB, después de un primer análisis pormenorizado del anteproyecto de Ley Foral de Salud, que en este momento se encuentra en periodo de aportaciones, constatamos las múltiples amenazas para el mantenimiento del Servicio público de Salud y la atención sanitaria a toda la población, así como a las condiciones laborales y derechos de la plantilla.
Un anteproyecto con muchas lagunas y una clara declaración de intenciones que aboga por la colaboración con entidades privadas, el cambio de régimen jurídico de Osasunbidea y de su personal, el área sanitaria única y la nula intención de promover mejoras en materia de personal.
Consideramos necesaria la redacción de una nueva Ley, pero este anteproyecto no cumple con ninguna de las expectativas necesarias para el mantenimiento y blindaje de la atención sanitaria pública. Desde LAB expresamos nuestro frontal rechazo a un anteproyecto que pretende eliminar la naturaleza actual de Osasunbidea y pone en peligro tanto la atención desde lo público como los derechos de la plantilla.
No podemos dejar de analizar varios puntos fundamentales del anteproyecto para informar a la plantilla y a la ciudadanía de las repercusiones que se pueden derivar de la implantación de las medidas propuestas por el departamento:
Cambio de naturaleza jurídica del SNS-Osasunbidea/ISPLN
La medida pretende convertir Osasunbidea en un ente público empresarial, abriendo la puerta a la gestión directa de los recursos. Un modelo que ha presentado numerosos problemas en otras comunidades y sectores y que favorece de forma clara la intención privatizadora de determinados servicios.
Eliminación de la figura de personal “funcionario” de Osasunbidea
El personal de Osasunbidea se convertiría en personal laboral, modificándose derechos tanto en materia retributiva, movilidad, promoción… y abriendo la puerta a la amortización de plazas dependiendo del gobierno de turno. Un punto que, ni ha sido explicado, ni negociado, ni consensuado. Un ataque frontal a la autonomía del personal de Osasunbidea. Se puede dar el caso de convivencia de varias figuras jurídicas dentro de la misma administración, con importantes diferencias entre ellas.
Colaboración Público-Privada
Una intención clara marcada en todo el anteproyecto y que entiende como fundamental es la derivación de recursos a entidades privadas sin establecer ningún mecanismo de control. En lugar de apostar por el blindaje de los servicios públicos, se entiende como básico y necesario seguir fomentando el negocio privado de la salud. Además, se genera un nicho de precariedad en el personal de las empresas privadas que en la mayoría de los casos se rigen por convenios laborales significativamente peores a los de Osasunbidea.
Área única de salud
La incapacidad organizativa y la escasez de profesionales derivan en una medida que suscita importantes dudas sobre su aplicación. El área única parece destinada a la posible movilidad del personal y de la ciudadanía, pero no establece qué entiende por “urgente” la Administración a la hora de establecer esta movilidad. Esta área única sólo afecta a determinados aspectos y obvia otros de manera premeditada.
Derechos lingüísticos
No es una prioridad de esta ley ni del departamento normalizar la realidad lingüística de Nafarroa. Ni una sola mención al respeto de los derechos lingüísticos en una Ley que puede estar vigente décadas.
Nulas medidas en materia de personal
La eventualidad de Osasunbidea sigue estando por encima del 30% y la previsión de jubilaciones no hace presagiar ninguna mejora. La necesidad de unos ratios adecuados, unos procesos selectivos simplificados, medidas en materia de contratación y la ausencia total de mención al contrato relevo deja clara la escasa intención de contemplar un cronograma de actuación a este respecto. Sigue habiendo diferencias e inequidades entre el propio personal de Osasunbidea, considerando a una parte muy importante de la plantilla, la “no sanitaria”, como personal de segunda categoría.
Consideramos necesaria y prioritaria la redacción de una nueva Ley Foral de Salud que marcará de forma relevante las políticas sanitarias futuras.
Este anteproyecto incluye medidas interesantes como los distritos socio-sanitarios, la humanización de la atención o la autonomía de gestión. Pero carece de otras muchas medidas en materia de personal, normalización lingüística, mecanismos de control y transparencia en materia de colaboración público-privada y de actividad, así como el blindaje y reforzamiento de la actividad sanitaria pública en todos los ámbitos de atención.
Para LAB es fundamental, la apertura de un ámbito negociador con todas las partes implicadas, que convierta a la Ley Foral en lo que necesita la población, la plantilla y el sistema público de salud.