El sindicato LAB quiere emitir una señal de alarma ante lo que considera una campaña de acoso carácter patriarcal y neoliberal, aplicada de forma destructiva y que se ceba precisamente con aquellos ámbitos de nuestra sociedad que consideramos necesitan de una mayor protección. En ese modelo patriarcal y neoliberal se imponen la falta de igualdad de oportunidades, la competitividad extrema y las relaciones asimétricas, con el objetivo de perpetuar el poder de una minoría privilegiada. Si esto no fuera suficiente, esta ofensiva reaccionaria se está llevando a cabo en nombre de la libertad y la igualdad, con lo que se da un nuevo giro de tuerca a la posverdad tan vigente en nuestra sociedad. Aventan términos como “ideología de género”, como si su posicionamiento fuera el único, neutro y verdadero, el que hay que asumir con total naturalidad. Hay que decirlo claro y alto: esa campaña no es una iniciativa que busque el bien común, sino que representa una clara ofensiva reaccionaria vestida con piel de cordero. Su objetivo es perpetuar la discriminación del diferente y camuflar sus fobias (demofobia, homofobia, euskarafobia, xenofobia…) en nombre de la racionalidad y la civilidad.
LAB observa con preocupación que se esté implantando la mala costumbre de utilizar la educación como arma arrojadiza y elemento de polémica y confusión y se reafirma en su voluntad de seguir trabajando por un modelo educativo inclusivo y democrático.
Este sindicato siempre defenderá aquellas iniciativas orientadas a mejorar nuestro sistema educativo y responder a los retos que tiene una sociedad tan compleja como la nuestra, aunque considera que dichos esfuerzos hay que realizarlos con grandes dosis de realismo.
Por ejemplo, durante la presentación del programa Skolae en el Consejo Escolar de Navarra, independientemente de acoger la iniciativa de forma positiva, este sindicato subrayó la necesidad de dotar a los centros del tiempo y los recursos necesarios y no de saturar a quien ya está desbordado por el cúmulo de trabajo. Concretamente, planteamos la importancia de cumplir los tres siguientes puntos:
1. Incluir a alguna escuela rural en el proceso de pilotaje para adecuar el plan a sus características especiales.
2. Aplicar la propuesta de forma transversal para que la filosofía de este programa llegue a todos los ámbitos de la actividad escolar.
3. Establecer una compensación de horas al profesorado que participe en el programa, así como de dotar de una partida económica adecuada al plan. Además, subrayamos la necesidad de hacer una planificación óptima de los recursos funcionales.
Al igual que hicimos durante la presentación del programa Skolae, seguimos manteniendo que iniciativas de semejante importancia tienen que ir acompañadas de una dotación de recursos que esté a la altura.
Finamente, LAB reafirma su compromiso con cualquier proyecto que favorezca la implantación de una pedagogía feminista.