Ambuibérica se ha hecho con el contrato del servicio programado de ambulancias de Osakidetza en Araba, ese servicio esencial que consiste en trasladar a pacientes a consultas, tratamientos (rehabilitación, radioterapia, diálisis…), pruebas médicas, altas hospitalarias, e incluso algunos tipos de urgencias. Y para llevarlo a cabo ha decidido gestionarlo desde la base que tiene en Arrigorriaga, con el personal y los recursos del servicio programado de ambulancias de Bizkaia, del que es responsable desde mayo de 2018.
Hasta ahí, podría parecer una optimización de recursos, pero nada más lejos de la realidad. Con esta maniobra, Ambuibérica utiliza los recursos de Bizkaia, por los que ya está cobrando un buen dinero, para realizar también las funciones de Araba, por las que también está cobrando un buen dinero, que se supone es para pagar al personal que debería estar realizando ese trabajo en Araba, y que en realidad no existe.
Además, esto supone una traba más a la capacidad operativa del servicio en Bizkaia, ya lastrada por la pésima gestión que lleva realizando la empresa, y que va a peor: reducción de plantilla en más de 30 personas desde que se adjudicó el contrato (por el que, sin embargo, sigue cobrando igual), y que continúa con la previsión de no renovar a otras ocho personas con contratos eventuales que ya llevan en el servicio dos años; utilización de personal del servicio programado para realizar trabajos en otras áreas (RTSU-emergencias, coberturas preventivas, IMQ, viajes privados, mutuas…), cuando el contrato suscrito con el Gobierno Vasco dice claramente que el personal del programado sólo realizará funciones de ese servicio; condiciones laborales que impiden la conciliación de la vida laboral con la vida personal y familiar de muchas y muchos trabajadores; mala gestión de los recursos disponibles, que son escasos (como en los recursos de prevención de riesgos laborales, lo que lleva a problemas de salud de las y los trabajadores) y de mala calidad (como las propias ambulancias, muy deterioradas, algunas que prácticamente se caen a pedazos, y llegando incluso a tener que circular con neumáticos pinchados).
Las consecuencias son claras y evidentes (pregunten a los pacientes): retrasos habituales y generalizados injustificados, en muchas ocasiones de varias horas, incluso en servicios de urgencia; pérdidas de consultas y tratamientos, algunos de los cuales no se pueden recuperar, con las consecuencias perjudiciales consiguientes para la salud de los pacientes; afectación a los procedimientos y funcionamiento del sistema público de salud; etc.
En resumen, Ambuibérica está aprovechándose y tomando el pelo al Gobierno Vasco y, sobre todo, a todos los ciudadanos, que son a quienes tienen que dar un buen servicio, y quienes lo pagan en última instancia, mediante los impuestos y las contribuciones a la Seguridad Social. Sin embargo, parece ser que el Gobierno Vasco se deja tomar el pelo, y no le preocupa mucho la situación.
Desde hace más de un año, LAB ha interpuesto numerosas denuncias ante Inspección de Trabajo denunciando las continuas agresiones a los derechos y las condiciones laborales de las y los trabajadores, al igual que el resto de sindicatos y el propio comité de empresa de Ambuibérica. Además, este ya ha informado de la preocupante situación al Departamento de Salud, que no ha hecho nada, por lo que entendemos que le parece bien estar pagando dos veces por un servicio, y que éste se realice de forma lamentable y con un tremendo perjuicio para las personas que necesitan utilizar el servicio de ambulancias, y que se encuentran en situaciones delicadas y vulnerables.