Ayer murieron 2 trabajadores en Euskal Herria en sus puestos de trabajo. Por un lado, murió un camionero en Galdakao, a consecuencia de un accidente laboral mortal no traumático. Por otro lado, un trabajador de 31 años murió en Gamarte (Nafarroa Beherea) cuando estaba cortando un tronco, atrapado por una rama.
Desde LAB queremos mostrar nuestro más sincero apoyo y solidaridad con la familia y personas allegadas de las víctimas así como la clase trabajadora en general.
En lo que llevamos de 2018, en Euskal Herria hemos tenido conocimiento de 49 accidentes laborales mortales, 4 en Araba, 23 en Bizkaia, 5 en Gipuzkoa, 1 en Iparralde y 16 en Nafarroa.
En lo que respecta al accidente de Galdakao, las condiciones laborales de los y las transportistas son cada vez más precarias. Los y las transportistas, al ser en su mayor parte autónomas o autónomos, o falsos autónomos, no cuentan con protección social adecuada en materia de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, y, además, los accidentes laborales que sufren no se contabilizan muchas veces en las estadísticas oficiales. De esta manera, las administraciones disfrazan las precarias condiciones de trabajo en las que está sumergido el sector. Y en este caso, ni siquiera Osalan va a investigar este accidente, ya que se considera un accidente de tráfico. No se va a investigar cuántas horas segiudas estaba trabajando o los descansos o los tiempos de entrega, etc. Se investigará desde el Departamento de Seguridad como si fuera otro accidente de tráfico más, sin tener en cuenta si las condiciones de trabajo han tenido incidencia en el mismo.
Hay que subrayar también que los accidentes laborales que sufren las y los profesionales transportistas son consecuencia directa de la más absoluta desregulación del sector, y de la falta total de derechos de los y las transportistas, que para conservar su trabajo se ven en la obligación de hacer frente a las prisas y a las presiones de las empresas cargadoras, a horarios apretados, cargas con exceso de peso, precios bajos por los servicios, largas jornadas de trabajo, exigencia de la descarga del porte, imposibilidad de descansar con dignidad… Estas son las situaciones que dificultan y obstaculizan un ejercicio digno y seguro de la actividad del transporte, y que además, ponen en peligro la vida de los y las profesionales. Éstas son las situaciones a las que las Administraciones prefieren hacer oídos sordos, ya que su único afán es conseguir un transporte barato, a costa de cualquier cosa.
La movilización es fundamental a la hora de hacer frente a las muertes en el trabajo y exigir a las empresas y administracioones públicas mejoras para poder trabajar de forma segura, por lo que hacemos un llamamiento a la clase trabajadora a participar en las movilizaciones de protesta.