Ayer 7 de abril, sobre las 10 de la noche, falleció en su puesto de trabajo el jefe de máquinas del remolcador Ibaizabal 8.
LAB ya en el pasado denunció en innumerables ocasiones el cambio de sistema de trabajo que instauró la empresa, donde pasaron de trabajar una guardia de 24 horas y descansar 72 horas a trabajar 2 días consecutivos (48 horas) y descansar 4 días, con un aumento de 624 horas anuales.
También denunciamos ante la Inspección de Trabajo numerosos días en los que no se respetaban los descansos establecidos en el RD 1561 sobre jornadas especiales de trabajo, es decir, no respetarse dos descansos mínimos uno de 6 horas y otro de 4 horas ininterrumpidas, si ya era gravoso trabajar 24 horas, 48 horas consecutivas es simplemente una temeridad, ya que dependiendo del número de maniobras, no existe descanso contemplado.
En el año 2014 LAB ya denunció por medio de una rueda de prensa la intención de la empresa de aumentar en 624 horas la jornada y los riegos que conllevaban dicha medida. Nadie puede decir que no se conocían los riesgos.
El fallecido, entró a trabajar el sábado 6 de abril a las 9 de la mañana y debía de haber salido del remolcador hoy lunes 8 de Abril. Normalmente durante el día, siempre que no existan maniobras para atender a otros buques con el remolcador, realizan labores de mantenimiento de 9 de la mañana a las 13:00 y de 16:00 a 18:00.
Sabemos que la noche del 6 al 7 de abril el remolcador Ibaizabal 8 realizó una maniobra que comenzó a las 9 de la noche y finalizó alrededor de las 11, posteriormente trabajó sin descanso desde las 03:15 hasta las 10:03 del 7 de abril.
También en el puerto de Pasaia los remolcadores pertenecen a Remolcadores Ibaizabal y se encuentran en la actualidad negociando el nuevo pacto de empresa y como no, las pretensiones de la empresa son el aumento de jornada, el cual LAB rechazamos, más si cabe, en un día como hoy.
Empresarios como el armador Alejandro Aznar, el director Patxi Garaigordobil en esta empresa o su responsable de RRHH Javier Zapatero, no pueden decir que desconocían el riesgo que entraña el trabajo sin descanso. Empresas que generan millones de euros y que deciden seguir incrementando esos beneficios millonarios a costa de llevar a condiciones de trabajo más propias de la esclavitud a sus trabajadores.