Sin una mayoría formada por trabajadores y trabajadoras no hay pacto de sanidad posible.
Desde LAB hemos explicado hoy cuáles son las medidas que propone para la necesaria transformación de Osakidetza y el fortalecimiento del Sistema Público de Salud. Serán las medidas que llevaremos a la mesa convocada por el Gobierno de la CAV para acordar el Pacto Sanitario.
“Si queremos que Osakidetza sea un servicio de salud público de calidad, hace falta un cambio radical respecto a las políticas llevadas a cabo por el gobierno anterior. Han pasado varios años sin que se haya hecho una apuesta por la sanidad pública, y las políticas neoliberales y clientelares han sido las que han primado en Osakidetza. Se ha devaluado lo público para fortalecer el sistema privado”, ha declarado la coordinadora general del sindicato, Garbiñe Aranburu. Asimismo, Aranburu ha subrayado que las razones que han situado esta cuestión en el centro de la agenda política han sido “las huelgas y movilizaciones de los y las trabajadoras, el hecho de que las plataformas por la salud hayan salido a la calle y el declive del servicio que vemos y sufrimos todos y todas las usuarias”.
Por lo tanto, desde LAB planteamos cinco medidas a aplicar:
1. Que se termine con la privatización y las políticas de concertación, así como un plan para publificar los servicios privatizados
Poco a poco se han ido privatizando varios servicios que se deberían gestionar desde Osakidetza de manera pública:
- – LAB, mediante la presentación de varios recursos, ha paralizado privatizaciones o externalizaciones irregulares que Osakidetza pretendía llevar a cabo y que suman, en total, el valor de 160 millones de euros. Cabe recordar que existe personal suficiente para asumir todo ese trabajo de las externalizaciones denunciadas. Esa es la razón por la que el sindicato lleva años diciendo que las políticas de la dirección son privatizadoras.
- – En este sentido, no se están cumpliendo ni el convenio, ni las sentencias. El servicio de lavanderías ha estado privatizado. En el convenio se acordó que ha medida que se terminaran las concesiones Osakidetza asumiría de manera directa la gestión de dichos trabajos. No ha sucedido así, ya que se ha mantenido la privatización. Como ejemplo, el intento de mantener privatizado el servicio de lavandería del hospital Santa Marina. LAB lo denunció y el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco sentenció que dicho servicio se debe gestionar de manera directa. Osakidetza no asume dicha sentencia e intenta que se gestione mediante un Centro Especial de Empleo.
- – Almacenes: hasta ahora cada hospital ha tenido su almacén. Ahora se plantea centralizar y extender este servicio, y Osakidetza pretende aprovechar ese cambio para privatizarlo. La gestión integral de esos almacenes centrales debería recaer en Osakidetza.
Se externalizan trabajos médicos que puede y debe llevar a cabo Osakidetza:
- – Algunos de los ejemplos son las resonancias, las cirugías o los trabajos de laboratorio, como los análisis. Cabe subrayar que Osakidetza dispone de plantilla y de recursos para realizar dichos trabajos. En el caso de Gurutzeta, por ejemplo, se ha creado BIOCruces, una entidad totalmente privada donde se está destinando la mayor parte de la carga de trabajo de laboratorio.
2. Hacen falta más trabajadoras y trabajadores con condiciones dignas y estables
– Hay que aumentar la plantilla estructural. Las categorías no sanitarias que se encuentran en la diana de la privatización (mantenimiento, trabajadores y trabajadoras de servicios, administración y asistencia…) sufren aún más ese déficit. El proceso de estabilización avanza con lentitud y la orden europea que sitúa el límite de la temporalidad en el 8% no se cumplirá para diciembre del 2024.
– Por otra parte, el proceso de OPE 2018-1029 aún no ha finalizado como es debido, no existen listas oficiales y la falta de transparencia en la contratación de trabajadores y trabajadoras es escandalosa.
– El modelo de contratación nos ha traído hasta la situación de hoy en día, en la que la tasa de temporalidad es del 54%. Por lo tanto, cabe decir que el modelo de contratación ha colapsado. Hay que llevar a cabo un estudio sobre las cargas de trabajo y hay que negociar otro modelo junto con los sindicatos.
– Hacen falta medidas para hacer frente a la falta de personal médico. La falta de personal médico se emplea como excusa para justificar varias decisiones: reducir los horarios de verano, cerrar los PAC, que los ambulatorios de las grandes poblaciones estén trabajando sin médicos o para enviar ambulancias de emergencias sin médicos. La falta de personal médico es consecuencia de la falta de planificación. El Gobierno Vasco hace llegar cada año las necesidades de Médicos Internos Residentes (MIR) al Gobierno de Madrid. “No sabemos lo que piden, ya que esa información no es pública”, remarca LAB. El Gobierno Vasco argumenta que la cantidad de MIR se establece desde Madrid, pero en realidad no es conocido que tipo de petición se traslada desde el Gobierno Vasco.
Deben mejorarse las condiciones y la formación de MIR: Estas personas no reciben una formación adecuada y las guardias se les cambian con unilateralidad, lo cual produce un enfado hacia Osakidetza. En consecuencia (sobre todo en el caso de las y los MIR), al terminar su formación se van a otro sitio, a lo que hay que sumar que al terminar la especialidad lo que se les ofrece no es nada atractivo, ya que se trata de un contrato temporal.
Son los y las MIR las que suplen la falta de personal médico y de enfermería, aunque aún no hayan recibido la totalidad de la formación.
- – Hace falta una nueva ley de ratios: LAB ya ha realizado una propuesta concreta, que registró en el parlamento y a la que por el momento no se le ha hecho caso. Los ratios que están en vigor son insoportables para los trabajadores y las trabajadoras y hacen que el servicio empeore.
– Hay que mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y las trabajadoras: LAB pide una negociación real. Denuncia que el último acuerdo de la Mesa Sectorial de Osakidetza data de 2009.
– Se necesitan políticas feministas: Las mujeres que trabajan en Osakidetza sufren el llamado techo de cristal. Es muy difícil acceder a puestos de trabajo de responsabilidad, ya que imposibilitan la conciliación. Los planes de igualdad existentes no son efectivos y no se le está poniendo ninguna solución a este problema.
– Hay que cambiar el modelo de OPE para repetar la conciliación y los ciclos vitales (maternidad, enfermedades, trabajos de cuidados…). Los y las trabajadoras de Osakidetza realizan una OPE cada dos años, cosa que no es sostenible.
3. Mejorar la Atención Primaria es urgente
– Una de las razones de la situación actual de la Atención Primaria es la falta de estabilización y la gran tasa de temporalidad. Hay mucha rotación entre el personal médico, lo cual dificulta la labor de las y los médicos de familia (no llegan a conocer a los y las pacientes).
– No hay cultura de prevención de la enfermedad, se atiende a aquellas personas que ya han enfermado y existe mucho hospitalcentrismo. Un ejemplo de ello es la situación de las matronas: su prioridad son los partos, y se incide cada vez menos en el trabajo de preparación previo o en el acompañamiento durante el parto.
– Todo ello conlleva que aumente la tendencia a acudir al sistema privado para recibir atención primaria.
4. Hacen falta más recursos para la prevención y la atención de problemas de Salud Mental
– Aunque se trata de un problema de dimensiones cada vez mayores, no existe ningún plan. Ahora faltan profesionales, como en el caso de psicólogos y psicólogas, y tampoco hay educadores y educadoras sociales. No se pone ninguna atención en la prevención y se acude con demasiada facilidad a la medicación o a la hospitalización.
– Hay que crear un espacio sociosanitario fuerte entre todas las instituciones en aras a satisfacer las necesidades de la sociedad mediante una buena coordinación.
5. Hace falta un plan para euskaldunizar Osakidetza:
– Todas las plazas deberían contar con perfil lingüístico, aunque a día de hoy la realidad no es esa. La euskaldunización es voluntaria, lo cual, evidentemente, resulta en la imposibilidad de trabajar y recibir la atención en euskera.
– Aunque la realidad sea esa, últimamente están aumentando los mensajes euskaráfobos. Se alimentan las faltas dicotomías del estilo de “¿Qué prefieres, una profesional buena o que hable euskera?”, o aquellas que contraponen el derecho a trabajar en euskera y la obligación de aprender euskera.
– No hay voluntad política por parte de las direcciones para buscar una solución a este problema, y muchas de las personas que se encuentran en esos cargos no son vascoparlantes. A modo de ejemplo, ninguna de las 7 personas que se encuentran hoy en día en las gerencias de las OSI de Bizkaia es euskaldun. Entre los siete directores y directoras de OSI, solamente 2 lo son.
Todas estas medidas hay que acordarlas con los trabajadores y las trabajadoras. Para terminar, desde LAB queremos dejar claro que sin una mayoría de trabajadores y trabajadoras no se puede hablar de un Pacto Sanitario.