Los sindicatos LAB, CGT-LKN, Steilas, ESK y EHNE-Etxalde e Hiru nos hemos concentrado hoy en la calle San Ignacio de Iruñea, frente a la sede del Gobierno Foral de Nafarroa, para denunciar la muerte del transportista fallecido la semana pasada en Etxegarate y la alta siniestralidad laboral en las carreteras navarras bajo el lema “No más accidentes laborales; la precariedad mata”.
El transportista de 44 años, natural y vecino de la localidad de Olazti, Sergio Gastaminza, perdió la vida la semana pasada tras haber sufrido un grave accidente de tráfico en la tarde del miércoles en el puerto de Etzegarate, en la N1 a su paso por Idiazabal. Este año, Nafarroa lidera la macabra lista de transportistas fallecidos en accidente laboral en la carretera. De los nueve fallecidos desde enero, cinco han sido navarros.
El presente año 2024 siendo especialmente trágico en Euskal Herria en cuanto a accidentes mortales en la carretera, ya que se está superando la dramática media de una o un transportista fallecido al mes. Son 9 para junio, 50% más de lo habitual. Cinco de ellos navarros. El 17 de enero murió un transportista en Cadreita; en abril dos, uno en Lleida el día 14, otro en Arre el 22; el cuarto el 13 de mayo en Ejea de los Caballeros; y el último, la semana pasada tras el accidente sufrido el miércoles en Etzegarate.
Llama la atención la estadística de la siniestralidad laboral en Nafarroa: de las y los diez trabajadores fallecidos ocho han ocurrido en la carretera, y cinco de ellos eran transportistas.
Hemos denunciado reiteradamente que las condiciones laborales precarias generan estos siniestros. La presión horaria, el estrés, las cargas con exceso de peso, los precios bajos por los servicios del sector, las largas jornadas de trabajo, trabajos de carga o descarga que no les corresponden y, en definitiva, las dificultades para descansar ponen en peligro la dignidad y seguridad de los transportistas, e incluso su propia vida en los peores casos.
Por una parte está el incumplimiento por parte de la patronal de las normativas de prevención de riesgos laborales: priorizan sus ganancias y beneficios por encima de la vida y la salud de los trabajadores. Por otra parte está la dejadez de la Administración que no adopta medidas ni pone los recursos necesarios para que las empresas cumplan esas normas de prevención: no hay inspectoras e inspectores suficientes ni se sancionan las infracciones.
Creemos que desde la Administración deberían abordar el problema de la alta siniestralidad en el sector del transporte. Por una parte, tener en cuenta la alta incidencia de las afecciones cardiovasculares a la hora de fijar las normas de prevención de accidentes laborales, así como la edad de las y los transportistas siniestrados: la mayoría tienen más de 60 años y por eso estamos pidiendo desde hace muchos años, la jubilación a los 60 años para los y las transportistas. Esta vez ha sido una excepción, el fallecido tenía 44 años.