Convocada por el sindicato, se ha llevado a cabo una comparecencia masiva en Bilbo para dar respuesta a la persecución de las y los huelguistas en la planta de Trapagaran, bajo el lema Amazon exprime y reprime.
Desde que la plantilla decidió organizarse y emprender una dinámica de movilizaciones para luchar por un convenio propio que recoja la realidad del centro logístico, la empresa ha intentado minimizar el impacto de las 18 jornadas de paros y huelgas mediante la contratación de eventuales por la Empresa de Trabajo Temporal Manpower presionando individualmente a los y las trabajadoras. Viendo que aún así la plantilla ha apoyado masivamente estas movilizaciones, la empresa ha comenzado a recurrir a las sanciones para enviar un mensaje claro a la plantilla: secundar las huelgas tiene consecuencias.
La misma empresa reconoce que, desde la apertura del centro en junio de 2019, se han tramitado 14 procedimientos sancionadores. No es casualidad que la primera sanción venga después de la primera huelga en 2021. Absolutamente todas estas sanciones, se han impuesto a personal que ha secundado las huelgas. Estas sanciones han consistido en amonestaciones verbales, días sin empleo y sueldo e incluso un despido. La gran mayoría se han impuesto a simpatizantes, afiliadas y afiliados y delegadas y delegados del sindicato LAB (más representativo en la empresa), ya que estamos impulsando la mejora de las condiciones laborales. Las causas de las sanciones son dispares, pero todas tienen dos elementos comunes: que se han impuesto a huelguistas y que la empresa ha tergiversado los hechos para convertirlos en comportamientos sancionables.
Amazon, no sólo ha retorcido la realidad, sino que hace un uso malicioso del régimen disciplinario, imponiendo sanciones graves a hechos tipificados como leves. En algunos casos, ni siquiera respeta el plazo establecido en el proceso sancionador, vulnerando el derecho a la defensa del o la trabajadora. La plantilla, para frenar esta oleada represiva ha tenido que recurrir a activar el protocolo de acoso interno.
En este sentido, queremos destacar que comportamientos y formas de trabajo habituales en la empresa han sido sancionadas, alegando supuestos protocolos internos desconocidos para la plantilla.
Además, se ha dado un uso abusivo e indebido del servicio de video-vigilancia dentro de las instalaciones, usándolas para espiar a la plantilla. Hecho que recientemente ha sido penado por el juzgado nº3 de lo social de Barakaldo, en la cual ha quedado acreditado el uso indebido de las cámaras de seguridad. En consecuencia, Amazon ha sido condenada a revertir la sanción de días sin empleo y sueldo a la persona afectada, gracias a la defensa realizada por los servicios jurídicos del sindicato LAB.
Esta persecución del sindicalismo también se hace notar en las subcontratas que Amazon emplea para el servicio de reparto: cada vez que la plantilla de una empresa de transporte subcontratada se organiza y empieza a luchar por el cumplimiento de sus derechos, Amazon rescinde el contrato y no lo renueva. Como bien lo demuestra el caso de VAYVEN, donde la plantilla organizada consiguió (a través de la lucha y por la vía judicial) que se les aplicase el convenio de transporte de Bizkaia en lugar del convenio estatal de mensajería, mejorando así sus condiciones laborales. Amazon, por no querer renunciar a sus beneficios económicos, decidió extinguir el contrato y avalar el despido de 23 personas.
Estos no son hechos aislados: el acoso sindical está en el ADN de Amazon. Persiguen a quien se organiza en la mejora de las condiciones laborales. Esta política de empresa se extiende a lo largo del mundo. Muestra de ello son acciones legales iniciadas por el sindicato británico GMB contra la empresa por desincentivar la afiliación en la planta de Coventry.
En LAB no estamos dispuestos y dispuestas a tolerar esta represión por parte de Amazon. Entendemos que se están vulnerando derechos sindicales y tenemos claro que si tocan a una trabajadora, tocan a todas. Por eso convocamos hoy una rueda de prensa, para responder no como sección sindical de LAB en Amazon, sino como sindicato: estas sanciones son una amenaza dirigida muy claramente contra el mismo sindicato y actuaremos en consecuencia. Lejos de amedrentarse, la comunidad de LAB se solidariza con la plantilla, que se mantiene firme en sus reivindicaciones. Solo mediante la organización y la lucha colectiva será posible parar a este gigante del comercio electrónico.
Por un lado, respondemos a las amenazas: hoy iniciamos una dinámica de solidaridad en la que invitamos a participar tanto las plantillas y colectivos sociales de Euskal Herria, como a secciones sindicales de otras plantas de Amazon y organizaciones sindicales internacionales. Por otro lado, hemos judicializado las sanciones, y como se mencionaba, ya tenemos una primera sentencia que ha considerado abusivo el proceder de la empresa y la ha obligado a retirar la sanción sin empleo y sueldo. Por último, responderemos de la mejor manera para mejorar las condiciones de la plantilla, con más acción sindical. Seguiremos luchando por el convenio que merecen.