Uno falleció el fin de semana en la localidad vizcaína de Erandio como consecuencia de un accidente no traumático, mientras que el otro falleció ayer, martes, en la zona de Pitillas (Nafarroa) cuando conducía el camión. Además de expresas nuestro dolor a los allegados y allegadas y compañeros y compañeras de trabajo de estas personas fallecidas hemos exigido medidas preventivas eficaces ante los riesgos que afectan especialmente a este sector.
Repartidor de una panadería en Erandio
El pasado domingo, en la empresa Obrador AsuaBerri, mientras preparaba el reparto a altas horas de la madrugada, falleció por accidente no traumático el trabajador J.B.A, de 61 años, según ha informado Osalan.
Aunque tanto la patronal como las mutuas quieran situar los accidentes no traumáticos en las contingencias comunes, cada vez es más evidente que los riesgos laborales tienen que ver directamente con muchas de estas muertes. La carga de trabajo, los ritmos, el horario y la falta de adaptación del trabajo a la persona tienen un impacto significativo en este tipo de accidentes y estos riesgos también requieren medidas preventivas.
El sector del transporte es el que sufre una mayor tasa de mortalidad asociada a problemas cardiovasculares (33% en el conjunto de los sectores frente al 75% en el transporte en 2022). Es evidente, por tanto, que existen factores de riesgo asociados al trabajo en este tipo de fallecimientos, por lo que exigimos a la patronal y a los gobiernos que asuman sus responsabilidades al respecto.
Un transportista fallecido mientras conducia su camión a la altura de Pitillas
Ayer, martes, otro transportista falleció en accidente en la carretera NA121 en la zona de Pitillas (Nafarroa), el cuál sería el noveno transportista muerto en 2023. Durante el presente año cada mes está muriendo más de un transportista en su puesto de trabajo. El trabajador, C.P.Q, de 56 años y perteneciente a la empresa Piensos Costa, era el conductor del camión siniestrado.
Las condiciones laborales en el sector del transporte son muy precarias: largas jornadas, estrés, presiones, el bajo precio que pagan por el transporte, las dificultades para alimentarse saludablemente debido a las condiciones de trabajo, etcétera. Por eso decimos que la mayoría de los accidentes laborales que se producen en el sector del transporte son perfectamente evitables, y que para ello sólo hace falta voluntad política para poner medidas que garanticen y respeten los derechos laborales de los transportistas, así como la implicación de todas las instituciones públicas y empresas. Llamamos a los y las trabajadoras a tomar parte en las movilizaciones de repulsa que se convoquen.
Se debe acabar con la precariedad. Se debe acabar con la impunidad patronal. Las instituciones no pueden seguir mirando hacia el cumplimiento, de lo contrario serán cómplices de lo ocurrido.