Si algo ha quedado claro por parte de su dirección es su nula intencion de cumplir la ley y bajar al 8% la temporalidad en Osakidetza. Su dirección lleva meses gestionando el proceso de estabilización como si de un bazar se tratase, cuando la ley es clara en cuanto a los criterios que deben cumplirse. La dirección va aumentando las plazas a golpe de interés, unas veces mediático, otras veces político.
Desde la primera propuesta de Osakidetza hasta hoy, se ha aumentado la cantidad de plazas nuevas a crear en más del doble, cuando los criterios son los mismos. Eso deja a las claras que, desde un inicio, existe una resistencia a dimensionar la plantilla y sacar de la situación de fraude los miles de puestos que son cubiertos de manera temporal para cubrir necesidades estructurales.
El proceso de estabilización no ha sido objeto de negociación y para el sindicato LAB, Osakidetza debería asumir la creación de al menos 1.000 plazas más que las 2.457 mencionadas hoy, pero su dirección no acepta esos números porque colisionan con sus planes de desmantelamiento de la sanidad pública. La dirección de Osakidetza considera más viable precarizar puestos de trabajo y fortalecer así los negocios sanitarios privados que crear las plazas necesarias para fortalecer la sanidad pública.
La dirección de Osakidetza, el Departamento de Salud y el Gobierno Vasco están desperdiciando una oportunidad de oro de poner el sistema sanitario público en el lugar que se merece. Parece que la pandemia, en vez de enseñarles lo importante de un sistema sanitario dimensionado, les ha enseñado la posibilidad de negocio que se esconde tras un sistema sanitario infradimensionado, de ahí todas las resistencias que se están haciendo patentes en los últimos meses.