La semana pasada la Diputación Foral de Bizkaia dio por finalizada las negociaciones del convenio del personal de Diputación Foral y del Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS), congelado desde finales de 2019, lo que provoca que sea el tercer año consecutivo sin renovar el marco de relaciones laborales en ambas instituciones.
Al inicio de la negociación, en diciembre de 2021, LAB fijó sus prioridades para la negociación del acuerdo y convenio: creación y consolidación del empleo público, la eliminación de diferencias entre personal fijo y temporal, una subida salarial acordada sin sometimiento a lo aprobado en Madrid y avances en materia de igualdad, promoción del euskara, teletrabajo, salud laboral y conciliación y otros derechos laborales.
Durante estos meses, los sindicatos y los representantes de función pública hemos estado trabajando en esas materias y hemos ido acercando posturas lo que facilitaba la consecución de un acuerdo. Sin embargo, ha habido un asunto que ha bloqueado cualquier avance y ha sido la cuestión salarial porque la Diputación no se ha movido un ápice de su propuesta inicial de subida del 2%, fijada en presupuestos generales del Estado, y se desatendía de cualquier compromiso para garantizar el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Mientras que los sindicatos flexibilizamos nuestra postura al aceptar la subida del 2% y postergamos la recuperación del poder adquisitivo al final de la vigencia del convenio, los representantes de Función Pública no han tenido ningún margen de negociación porque tenían una consigna política clara de los responsables políticos de la Diputación: no a las subidas salariales superiores al 2% estatal ni referencias de ningún tipo a la subida del IPC.
Cabe recordar que el IPC subió durante 2021 un 6,4% en la CAV y en marzo la subida interanual es ya del 9,5%, por lo que los salarios vienen perdiendo poder adquisitivo lo que repercute en la calidad de vida de la ciudadanía por el encarecimiento de la alimentación, electricidad, gas, y otros productos básicos. La reivindicación de trabajadoras y trabajadores es que no suceda otra vez como en anteriores crisis, es decir, que las consecuencias de los problemas creados por los de siempre (guerras, deslocalización de la producción, enfrentamientos entre imperios, falta de suministros…) las paguen las y los de siempre.
La exigencia del mantenimiento del poder adquisitivo de trabajadoras y trabajadores ha sido unánime en las movilizaciones del Primero de Mayo y va a ser clave en la reivindicación frente a gobiernos y patronales. Sin embargo, no es casualidad que el PNV, que dirige la Diputación con la sumisión del PSOE, se alinee con la patronal y se niegue en rotundo a subidas salariales que mantengan la calidad de vida de trabajadores y trabajadoras. Les asusta que haya una referencia positiva en el sector público y eso haga enfadar a sus mentores de la patronal, ya que esas subidas podrían arrastrar al sector privado. Y han mantenido esa postura inmovilista a pesar de los recientes buenos datos económicos sobre PIB, aumento de la recaudación, exportaciones…
La postura de bloqueo de la Diputación tiene como consecuencia, no solamente la pérdida de poder adquisitivo del personal de Diputación e IFAS, sino que no han sido posibles avances en otras materias como empleo, teletrabajo, conciliación, salud laboral, eliminación de la discriminación del personal temporal, etc. Nuestra posición va a ser luchar por esas reivindicaciones en el día a día e ir conquistando acuerdos en esas materias y recuperar cuanto antes la negociación del convenio, para lo que, además de la acción sindical y la negociación, es imprescindible la implicación y movilización de trabajadoras y trabajadores. LAB va a apostar por la unidad sindical para que esa movilización sea lo más amplia y eficaz posible.