Tras un comienzo de año muy negativo, la situación del mercado laboral en Hego Euskal Herria ha empezado a dar síntomas de recuperación en el segundo trimestre, con la creación de 18.700 puestos de trabajo. Aún así, se trata de una cifra inferior al número de empleos perdidos en el primer trimestre.
Echando la mirada atrás para hacer un balance urgente del impacto de la pandemia, debemos recordar que el primer golpe provocado por la irrupción del virus y las medidas adoptadas para frenar su contagio se saldó con la destrucción de 43.200 puestos de trabajo. Eso sin contar con las decenas de miles de personas afectadas por un ERE o por el cese de actividades.
Desde entonces, según la encuesta EPA, se han recuperado aproximadamente el 62% de los empleos perdidos en los inicios de la crisis. Esto significa que todavía faltan alrededor de 16.500 puestos de trabajo para alcanzar los niveles de ocupación laboral previos a la aparición del coronavirus.
A esto hay que sumar las cerca de 22.000 personas que a finales de junio todavía estaban sujetas a ERTEs en el conjunto de Hego Euskal Herria.
Además, existe un motivo de preocupación añadido respecto a la calidad del empleo recuperado. Y es que tres de cada cuatro empleos creados durante el último año son temporales, lo que devuelve la tasa de temporalidad a niveles prepandemia: el 23,5%.
Existe un amplio consenso social sobre la utilización abusiva e injustificada que el empresariado hace de la contratación temporal. Sin embargo, ninguna de la reformas laborales aprobadas en las últimas décadas han corregido esta anomalía, provocando una situación de anormalidad que nos coloca a la cabeza de Europa en inestabilidad laboral y condiciones de precariedad.
El gobierno central ha prometido una nueva reforma para reducir a tres las modalidades de contratación con el fin de reducir la temporalidad y acabar con la dualidad del mercado laboral. Sin embargo, hasta la fecha ni siquiera ha sido capaz de cumplir su compromiso para derogar la reforma la reforma laboral del PP.
Y, además, mantiene congelado el SMI Interprofesional pese a la constante subida de precios, con una escalada que ya sitúa el aumento de la inflación en torno al 3%.