Aunque se han eliminado los despidos forzosos, en opinión de LAB y ELA se trata de un ERE inmoral.
Hablamos de un ERE en una empresa que ha obtenido, según ha declarado ella misma, 4.786 millones de beneficios en el primer trimestre del año. En la que su presidente, Goirigolzarri, ha triplicado su salario. Y en la que en la junta general de accionistas varios puntos del orden del día trataban de los incrementos de las retribuciones de ciertas personas.
Y al mismo tiempo se destruyen más de 123 empleos en Euskal Herria (52 en Nafarroa, 18 en Bizkaia, 18 en Araba y 15 en Gipuzkoa).
Un ERE con el que la empresa pretende seguir jibarizando las zonas rurales, dando pasos en la exclusión financiera en estas zonas. Aunque no haya cierres de oficinas, van a ver restringidos sus horarios y días de apertura. En otros casos habrá la mitad de personas trabajando en las oficinas. Este coctel conducirá a que sea cada vez menos útiles para la clientela y para el entorno.
En abril todos los sindicatos coincidimos en decir no al ERE. Tanto LAB como ELA seguimos pensando lo mismo. Este ERE no tiene ninguna justificación y es inmoral.