El jueves, 4 de marzo, llevaremos a cabo una jornada de huelga en el sector de los servicios sociales bajo el lema «Zaintza lanak aitortu orain. Cuidar el cuidado». En este sentido, con el fin de llamar a la movilización para ese día, hemos realizado una acción ante la Diputación Foral de Gipuzkoa para reivindicar el reconocimiento de los trabajos de cuidados. Concretamente, hemos arrojado pintura negra frente al Palacio Foral para denunciar el modelo promovido por la patronal y la administración, en el que predominan las precarias condiciones laborales de las y los trabajadores y la pésima calidad de los servicios. Además de la acción realizada en Donostia, también hemos llamado a la huelga en Bilbo; en este caso, lo hicimos el viernes mediante un mosaico.
Por una gestión pública, universal, gratuita y de calidad
Todas las personas en algún momento de nuestras vidas nos vamos a encontrar en alguna situación de dependencia, de necesidad de ser acompañadas en nuestra vida, de ser apoyadas para realizar nuestras necesidades básicas diarias o de apoyo emocional. En definitiva, necesitaremos ser cuidadas.
Pero el sistema de servicios sociales actual no lo permite. Aunque la responsabilidad es pública, la mayoría de estos servicios están privatizados o subcontratados por empresas que priman los beneficios económicos a los asistenciales, ofreciendo en muchos casos servicios insuficientes que no garantizan un cuidado digno y menos un servicio adecuado a las circunstancias. Qué decir de las condiciones de trabajo que ofrecen estas empresas, bajo la supervisión institucional. Turnos interminables, salarios vergonzosos, ritmo de trabajo que perjudica gravemente la salud de la plantilla, carga de trabajo y escasa calidad del servicio por falta de personal. Entre otras cosas, son preocupantes porque no pueden atender a las y los usuarios con dignidad.
La jornada de huelga del 4 de marzo debe ser un punto de inflexión más, en la lucha colectiva por el reconocimiento de la función de cuidados, por el derecho a recibir unos cuidados de calidad, exigiendo para ello un sistema público, universal, gratuito, comunitario, de gestión directa, como garante de un servicio de calidad y de unas condiciones laborales adecuadas a la función prestada, exentas de cualquier factor de precariedad.