El “caso Bateragune” no fue imparcial, y eso no lo dice solo el sindicato LAB, así lo sentenció el tribunal de Estrasburgo, ratificando la afirmación que siempre hemos tenido clara en Euskal Herria. Pues bien, la realidad sigue imponiéndose a la ficción, con la decisión del Tribunal Supremo de volver a juzgar a las y los procesados de Bateragune. El Estado español sigue utilizando la justicia de forma injusta; sigue sin abordar el derecho a decidir de los pueblos en términos democráticos; y sigue violando injustamente los derechos civiles y políticos permanentemente.
El Estado español no está dispuesto a entrar en un proceso democrático que implique cambios. Si encarcelar y castigar a cinco personas por poner al pueblo en el camino de la paz fue una barbarie, es un disparate político y jurídico volver a juzgarlos. Es un escándalo.
En el camino hacia la solución democrática que pide el derecho a decidir de los pueblos, en LAB pedimos el fin de los juicios políticos y la libertad de las y los presos políticos. Tenemos muchas razones, demasiadas, para seguir movilizándonos.