La plantilla de Tecnichapa, empresa del Grupo Ormazabal-Velatia localizada en Igorre, ha logrado forzar a la dirección de Velatia a acordar el convenio colectivo con el comité de empresa.
El pasado 20 de octubre, el comité de empresa de Tecnichapa compuesto por 8 representantes de LAB convocaba una huelga indefinida, ante la negativa de la empresa de negociar un acuerdo que recogiera las reivindicaciones de la plantilla, compuesta por 160 trabajadores y trabajadoras.
La empresa se negaba a negociar los contenidos de la plataforma de los y las trabajadoras, utilizando el miedo escénico del Covid, intentaba imponer un acuerdo que ya había logrado en otra planta del grupo. La imposición suponía recortes en los derechos de las y las trabajadoras, aumentando la flexibilidad y institucionalizando las horas extras.
La determinación de la plantilla a no aceptar chantajes y su disposición a ir a la huelga ha obligado a la dirección de Velatia a moverse de sus posiciones y a llegar a un acuerdo para el Convenio de Tecnichapa. El día que iba a dar inicio la huelga indefinida, el día 26 a la noche, se alcanzó el acuerdo.
El acuerdo recoge las reivindicaciones de la plantilla en cuanto a la subida salarial y sobre todo consigue una nueva forma de regularizar las categorías, medida que la empresa se negaba en redondo a aceptar al comienzo de la negociación, aun siendo esta, una reivindicación histórica de la plantilla de Tecnichapa. Ante la propuesta de la dirección de la empresa la plantilla ha decidido desconvocar la huelga indefinida, aunque advierte a la empresa que en el futuro no permitirá imposiciones y negativas a negociar sus reivindicaciones.
LAB felicita a la plantilla de Tecnichapa que ha sabido superar el miedo creado por la pandemia, miedo que Velatia, como otras muchas empresas, utiliza para seguir agrandando sus beneficios a costa de los y las trabajadoras
El sindicato LAB da por bueno el acuerdo logrado por sus contenidos. Este acuerdo, por una parte consigue mover a la empresa de posturas inmovilistas y evita los retrocesos planteados. Para LAB, la lucha de Tecnichapa demuestra que la lucha merece la pena y que es posible conseguir mejoras las condiciones laborales a pesar del miedo que la patronal quiere extender aprovechándose de la situación de shock colectivo que ha creado la pandemia.