No es casualidad que en los últimos días hayamos tenido conocimiento a través de los medios de comunicación de las intenciones de ITP, Tubacex, Siemens Gamesa, y ahora Aernnova, de destruir empleo y que la consejera Tapia haga declaraciones proponiendo bajarnos los sueldos. Arantxa Tapia, una vez más, ejerce su papel de títere de Confebask y le pone el toque institucional a las intenciones de la patronal de superar esta crisis sanitaria costa de las personas trabajadoras. Todo pareciera que responde a una estrategia de crear un ambiente de miedo e incertidumbre donde los recortes y la pérdida de derechos estén justificados.
También queremos denunciar que tanto en este caso como en todos los anteriores, el comité de empresa haya tenido que enterarse mediante la prensa, y en vísperas de las vacaciones. No es de recibo que la gente se tenga que enterar de su despido mediante la prensa a pocos días del merecido descanso. Esto es una flagrante falta de respeto hacia el comité, y por extensión, hacia toda la plantilla. Con ello, dudamos de las intenciones de la empresa, de si tiene voluntad de acuerdo. Nos preguntamos cómo pretenden encarar la negociación si ni siquiera se lo han comunicado al comité y a la plantilla antes que a la prensa.
Queremos recordar también que las personas que trabajamos en esta empresa llevamos 10 años con los sueldos congelados. 10 años en los que ya hemos perdido suficiente poder adquisitivo, con lo que la fórmula para hacer frente a la situación no puede pasar bajo ningún concepto por recortar los salarios aún más. Menos cuando además la plantilla se encuentra en ERTE. Además, cabe decir que durante los últimos años la empresa ha llevado a cabo varios ERE que han tenido como consecuencia que se hayan perdido más de 100 puestos de trabajo, siempre con la complacencia del Gobierno Vasco. Todo ello responde a un plan que la empresa llevaba tiempo intentando poner en marcha y que ha decido lanzar ahora aprovechándose de la situación generada por el Covid19.
La clave está en el reparto de la riqueza que entre todos y todas hemos generado para mantener los empleos. Para ello, es necesario reducir la jornada laboral y repartir el trabajo. A las instituciones más les valdría empujar en esa dirección, y no ser meros portavoces de las empresas y de la patronal.
Por todo ello, y a la espera de que la empresa realice la convocatoria oficial, más de allá de meros titulares en prensa, LAB nos oponemos frontalmente a los despidos anunciados y lucharemos por el mantenimiento del empleo de una plantilla que ya ha pagado suficiente.