La crisis sanitaria del COVID-19 ha golpeado con mayor virulencia los sectores de trabajadores y trabajadoras más precarizados, compuestos principalmente de mujeres, entre los que se encuentra el de las trabajadoras del hogar. En este sentido, la fundación de estudios sindicales Ipar Hegoa ha realizado un estudio sobre la situación de este colectivo y, en el informe, presentado Arantxa Vázquez, del Comité Ejecutivo de LAB, y Oihana Lopetegi, responsable de análisis de Ipar Hegoa, se remarca la necesidad de constituir un convenio colectivo para las trabajadoras del hogar bajo estos ejes: regular cuestiones no reguladas por la normativa; mejora de los derechos fundamentales recogidos en el Estatuto de los Trabajadores, en el Régimen Especial de Trabajadoras del Hogar u otra normativa que se establezca; garantizar que se cumple lo recogido en el convenio colectivo.
Lo que se esconde dentro de casa: realidad de las trabajadoras del hogar en Euskal Herria
El 30% de las trabajadoras del hogar forman parte de la economía sumergida. Como consecuencia, su situación de vulnerabilidad aumenta aún más y, en esos casos, se amplían las posibilidades de incumplir la ley.
Hablamos de un trabajo básico que sustenta la vida, el trabajo doméstico y los cuidados. En el momento en que reconozcamos que necesitamos y necesitaremos el cuidado mutuo, será imprescindible dar a estos trabajos el valor y el espacio que les corresponde. Pero, de momento, las trabajadoras del hogar siguen invisibles, oprimidas, sin derechos mientras sustentan nuestra vida.
En la actualidad, las instituciones con competencias en materia de personal doméstico y cuidados eluden sus responsabilidades. Los trabajos que debería realizar el Gobierno de España, que tiene la capacidad legislativa, y el Gobierno Vasco, a través de la inspección de trabajo y Osalan, no llegan ni al mínimo. En Navarra esta inspección sigue siendo competencia del gobierno español. En Francia, todas las competencias son del gobierno central. Nosotras reivindicamos situar el cuidado de las personas en el centro de la organización del sistema, para poder construir una sociedad que garantice la dignidad de toda la clase trabajadora y el derecho a ser cuidadas. Para ello será imprescindible avanzar en la construcción del Marco Vasco de Relaciones Laborales y Protección Social.
Para poder lograrlo es imprescindible que la clase trabajadora se organice. Este es un sector con dificultades organizativas, ya que trabajan solas, cada una en un hogar y para una persona empleadora diferente. Pero las empleadas de hogar han estado históricamente organizadas, nos han demostrado esa capacidad organizativa, solo que no en sindicatos. Hasta ahora, los sindicatos no hemos sido el instrumento de organización de las trabajadoras del hogar y ahora tenemos el reto de superar esa deuda histórica.
Como consecuencia de las decisiones adoptadas en el último congreso, LAB está trabajando para superar nuestro modelo sindical tradicional y para que las trabajadoras del hogar entiendan la actividad sindical como su herramienta. Estamos modificando la estructura del sindicato para integrar a las trabajadoras del hogar con un objetivo claro: mejorar sus condiciones laborales y de vida.
Nosotras hemos dado la clave a las trabajadoras para que cambien su situación: mejorar sus condiciones laborales como consecuencia de la negociación colectiva. Mano a mano con las trabajadoras del hogar, situaremos el cuidado en el centro y construiremos el camino para luchar a favor de sus condiciones laborales y vitales.
Por ello, como paso a dar en este camino, hemos propuesto un convenio laboral para las trabajadoras del hogar en la CAV. De esta manera, mejoraremos sus condiciones laborales, para empezar a superar la situación de discriminación que ha sufrido el sector durante años. Además, el convenio colectivo que proponemos para las trabajadoras del hogar deberá tener características específicas, ya que los derechos que les corresponden se vulneran de forma sistemática y la legislación no regula determinadas cuestiones.