Los datos de paro de marzo de este año nos han llegado en plena gestión de la crisis de Covid-19 y debemos situarlos en ese contexto. El aumento del paro ha sido importante en toda Euskal Herria, hemos pasado de 151.000 personas paradas a finales de febrero a 165.500 desempleadas a finales de marzo, con un incremento de casi el 9,6%. A estos datos hay que añadir el número de trabajadores en ERTE, según los últimos datos, 176.000 en Hego Euskal Herria.
Las decisiones tomadas tras la crisis financiera de 2008 dejaron consecuencias terribles para la sociedad vasca. Denunciamos una y otra vez que las medidas derivadas de los Gobiernos sólo beneficiaban a los grandes capitales a espaldas de los y las trabajadoras. El paro en Hego Euskal Herria aumentó hasta el 16,7% y, aunque paulatinamente ha ido disminuyendo, la precariedad y la pobreza se han ido extendiendo, así como la brecha salarial entre los trabajadores con salarios más altos y los más bajos y entre mujeres y hombres.
Los datos de paro de marzo de este año nos han llegado en plena gestión de la crisis de Covid-19 y debemos situarlos en ese contexto. El aumento del paro ha sido importante en toda Euskal Herria, hemos pasado de 151.000 personas paradas a finales de febrero a 165.500 desempleadas a finales de marzo, con un incremento de casi el 9,6%. Estos datos muestran claramente que el empleo que se ha creado en los últimos meses ha sido precario, ha sido empleo para usar y tirar y ahora ha llegado la hora de tirar. El desempleo juvenil sube casi un 12%, por encima de la media.
A estos datos hay que añadir el número de trabajadores en ERTE, según los últimos datos, 176.000 en Hego Euskal Herria.
Hay que señalar que el SEPE pagará la prestación de todos los trabajadores y trabajadoras en paro por ERTE como si no tuvieran hijos e hijas, siendo el único criterio que de momento está escrito. Por lo tanto, muchas y muchos trabajadores en ERTE recibirán una prestación muy inferior a la que necesitarían en el paro, unos 1.000 euros en 12 pagas. Además, la percepción de la prestación podría retrasarse hasta el mes de mayo. Por lo tanto, además de que muchos trabajadores, trabajadoras y familias estén todo el mes sin recibir ninguna prestación, no les van a pagar el mínimo para salir adelante después.
Como en 2008, las medidas que se están tomando ahora no vienen por buen camino. En lugar de priorizar la salud han primado los intereses del capital adoptando medidas de confinamiento mal y tarde y además han centralizado las principales decisiones en Madrid. Las medidas sociales que han anunciado también están lejos de las necesidades reales de la sociedad. Urkullu está haciendo campaña a favor del capital, tanto en su discurso como en su actuación y en las medidas adoptadas: 568 millones para las empresas, 200 millones para el sistema sanitario, 54 millones para las familias y nada para los y las trabajadoras. No han tomado una sola medida de cara a las trabajadoras.
Ha quedado claro que el modelo que nos ha traído aquí no es válido, sólo ha servido para aumentar la riqueza de unos pocos y para extender la pobreza y la precariedad en la sociedad. Los colectivos vulnerables (mujeres, migrantes, jóvenes …) han crecido, se han extendido y han aumentado las brechas existentes en la sociedad.
Para acabar con esto, es imprescindible construir un modelo que tenga en cuenta los intereses y necesidades de las y los trabajadores y de la sociedad en su conjunto, y que ponga a las personas y la vida en el centro frente al capital.