Enero inaugura el año con un preocupante aumento del paro. Actualmente, en Hego Euskal Herria hay 4.161 personas más desempleadas en comparación con el mes anterior. Esta negativa evolución eleva la cifra oficial de paro a un total de 151.521 personas. El mes de enero nunca ha sido un buen mes para el empleo; sin embargo, en esta ocasión estamos ante el mayor repunte del paro registrado en este mes desde el año 2016.
El avance del paro ha sido generalizado en todos los territorios, pero su repercusión ha sido más dura entre la juventud y especialmente para las mujeres. De hecho, el paro creció de media un 2,8% en enero, mientras que el incremento mensual del paro juvenil fue más del doble (+5,9%). Además, el 95% de las nuevas incorporaciones a la cola del paro son mujeres.
También la afiliación a la Seguridad Social ha sufrido un fuerte golpe como consecuencia de la finalización de muchos contratos de muy corta duración, fundamentalmente en el comercio y la hostelería.
En tan sólo un mes se han perdido más de 13.500 afiliaciones a la Seguridad Social, lo que proporciona una idea cabal de la cantidad de empleos destruidos, la inmensa mayoría empleos precarios y mal pagados.
Según los datos de contratación laboral aproximadamente cuatro de cada diez contratos temporales (de duración determinada) no superan la semana de vigencia. Y más de 400.000 personas en Hego Euskal Herria están atrapadas en la puertas giratorias que conducen del trabajo precario al paro y del paro vuelta a la precariedad.
Este hecho nos recuerda, a pesar de las campañas instituciones, que el empleo no es necesariamente la “clave” para la inclusión social. Al contrario, el aumento de la precariedad laboral está provocando que el empleo tenga cada vez una relación más directa con situaciones de pobreza.
Por esa razón, alrededor del 39% de la población que vive en condiciones de pobreza real no se corresponde con personas sintecho y dedicadas a la mendicidad, sino que se trata de hogares donde alguno de sus miembros tiene algún tipo de relación laboral, ya sea estable o temporal, según la última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales.