La Asamblea Nacional de LAB aprobó el viernes una declaración de cara al Aberri Eguna, en un contexto marcado por la ofensiva del fascismo y el capitalismo y el ciclo de elecciones políticos. En este sentido, Garbiñe Aranburu e Igor Arroyo, secretaria general y secretario general adjunto del sindicato, respectivamente, han comparecido para presentar la declaración y señalar que el sindicalismo abertzale de contrapoder debe apostar claramente por el derecho de autodeterminación y por un proceso de cambio político.
Declaración de LAB con motivo del Aberri Eguna de 2019
En opinión de Garbiñe Aranburu, “hay que combatir al fascismo, al capital y a las políticas neoliberales en los centros de trabajo y en la calle; luchando contra la precariedad laboral y salarial, reforzando la lucha feminista, defendiendo unas pensiones dignas o luchando por los derechos de las personas migrantes. Euskal Herria ya está en esa lucha. En este país la movilización social exstente es importante. Ante el proceso de involución y precarización de la vida, la lucha social está en la calle y en los centros de trabajo está aumentando la conflictividad laboral”.
La secretaria general de LAB ha señalado que “al fascismo y al capital también se le combate en las urnas por medio de la izquierda soberanista. La aparición de Vox en la escena política, al márgen de los resultados electorales que obtenga, ya ha tenido su efecto. Consiguen marcar la agenda política. Se está produciendo la derechización de la derecha. En el ámbito de la izquierda española, el miedo a lo que pueda venir justifica posiciones conservadoras para no avanzar en términos sociales y mucho menos dar una solución política al problema del modelo territorial”.
La forma de afrontar un proceso de involución social, patriarcal y nacional no es la de intentar no retroceder demasiado, la de intentar aprovechar momentos de debilidad del Gobierno de turno para coseguir alguna pequeña mejora: “Ante el proceso de involución, hay que dar pasos en la democratización para reconocer el derecho de autodeterminación y para construir un nuevo modelo ecónomico y social basado en la justicia social y en el feminismo”.
Según Garbiñe Aranburu, “es momento de aunar fuerzas en el ámbito político, sindical y social de la izquierda soberanista. En el ámbito político, se han alcanzado acuerdos para las elecciones estatales y para las europeas. Creemos que esas alianzas sitúan a Euskal Herria, Catalunya, Galicia y al resto de naciones del Estado en mejores condiciones para confrontar democráticamente con el Estado”.
Sindicalismo de contrapoder y abertzale fuerte
En palabras de la representante de LAB, “el momento requiere un sindicalismo de contrapoder y un sindicalismo abertzale fuerte; un sindicalismo que combata la precarización en todos los ámbitos de la vida; un sindicalimo que combata la realidad de involución que vivimos; un sindicalismo que sea un agente activo; un sindicalismo con una estrategia integral para avanzar en un proceso de cambio social y político”.
Esta estrategia integral pasa por los siguientes elementos:
-Por tener mayor capacidad de confrontación en los centros de trabajo. Es innegable que la huelga es el principal instrumento de lucha. Y para que esas huelgas sean lo más efectivas posibles, hay que evitar diseños de conflicto que la patronal pueda soportar sin demasiado coste. Hay que socializar los conflictos. Hay que impulsar dinámicas para buscar la solidaridad del resto de la clase trabajadora. Cuando se trata de un servicio público, hay que implicar a las y a los usuarios y presionar e interpelar a las instituciones. Hay que complementar esas huelgas con otras formas de presión social hacia la patronal.
-Hay que apostar por la recomposición del sujeto de clase y generar alianzas entre diferentes colectivos. Todo aquel o aquella que no esté en la élite económica, ha visto como durante los últimos años han empeorado sus condiciones laborales y de vida. Existen realidades diversas; el sistema, con la individualización y división de la clase trabajadora, pretende debilitarnos y enfrentarnos los unos a los otros. Nuestra fuerza reside en lo colectivo. Debemos dar respuesta a las diferentes realidades y a la precariedad existente en las relaciones laborales, y, al mismo tiempo, debemos tejer alianzas con el movimiento feminista, con pensionistas, con jóvenes o con migrantes.
-El sindicalismo abertzale de contrapoder debe apostar claramente por el derecho de autodeterminación y por un proceso de cambio político. Si realmente queremos desterrar las políticas neoliberales y garantizar una vida digna a la ciudadanía, la lucha nacional no se puede relativizar. Mantener vivo el régimen del 78 es la mejor garantía para poder perpetuar el actual sistema capitalista y heteropatriarcal.