Es preciso analizar la realidad y necesidades de los cuidados de enfermería, para que la especialización se lleve a cabo desde parámetros técnico-asistenciales que respondan a objetivos de mejora de la calidad de la atención, al desarrollo y promoción profesional y al respeto de los derechos laborales de la enfermería.
Para ello es preciso contar con la opinión de toda la plantilla de enfermería abriendo un cauce de diálogo para que no se produzcan agravios y se realicen las modificaciones de plantilla necesarias de forma racional y sin perjuicios.
El sindicato LAB considera que las bases para abrir el debate pasan por las siguientes medidas:
• Paralizar el proceso de reconversión de las plazas de las unidades especializadas, en plazas de especialistas, hasta que se regule la situación presentada, y todo el personal afectado tengan la habilitación necesaria y los derechos que la misma conlleva.
• Establecer normativa para que la inclusión de especialistas titulados se pacte sobre plazas que queden libres y no sobre ninguna en la que trabaja otro profesional.
• Crear puestos de enfermeras especialistas respondiendo a un proyecto organizado, consensuado y con auditorias periódicas.
• Abrir la Mesa Sectorial de Salud como foro legalmente habilitado para la negociación y aplicación de aquellas conclusiones que se deriven para definir el proceso de implantación de especialidades, si es que procede.
Hasta que se establezcan bases para la negociación exigimos que las direcciones de enfermería dejen de retener las plazas que de forma unilateral se han apropiado en los últimos acoplamientos del CHNa y Salud Mental (más de 40 de enfermería pediátrica y 10 en salud mental) eliminando la posibilidad de movilidad del personal fijo y precarizando los contratos del personal contratado.
Se puede producir una situación similar con la especialidad de enfermería comunitaria que se va a implantar en corto espacio de tiempo, ya que puede llegar a eliminar también la movilidad en traslados.
Osasunbidea debe hacer frente a la implantación de las especialidades de forma racional, negociada y realista teniendo en cuenta el número de profesionales necesarios y la disponibilidad de dichas especialistas, respetando los derechos laborales del resto de las trabajadoras para evitar conflictos innecesarios. Todo esto frente al sistema actual estatal centralizado, pero descoordinado, que no se ajusta a las realidades de cada servicio de salud y obvia sus necesidades.