Como era de esperar tras los acuerdos entre PNV y PP a nivel estatal, todo esta listo para que el PP vote a favor los presupuestos del gobierno Urkullu. El teatrillo respecto a la fiscalidad viene a confirmar que su único interés es profundizar una reforma fiscal tanto del impuesto de sociedades como del IRPF para beneficiar las rentas altas y los beneficios empresariales. Para ello cuentan como han contado siempre con el comodín del PSE que recientemente, que casualidad, se ha visto favorecido por Kutxabank con una condonación de deuda de 21 millones de euros. Así se cobran los favores y se moldean las posiciones políticas.
Exigimos la retirada de unos presupuestos antisociales del tripartito del 155 y una reforma fiscal que restablezca una equidad fiscal en la que renta y patrimonio tributen en una escala progresiva, se persiga el fraude fiscal y los paraísos fiscales.
La patronal ha pedido la reducción del impuesto de sociedades desde un principio, aspecto con el PNV ha estado de acuerdo desde un principio, claro exponente de que comparten el mismo proyecto liberal.
El PSE dijo en su día que no aceptaría ningún acuerdo que limitara los tipos. Tres semanas después acaba por aceptarlo. Esto deja clara cuál es la función que tiene el PSE en el gobierno y quién manda de verdad en éste y los intereses de quién son los que priman, precisamente los de la patronal y los capitalistas.
En opinión de LAB, el anterior acuerdo se quedaba corto. No era la reforma fiscal que necesitábamos. Con este nuevo pacto, la situación ha vuelto a empeorar, nuevamente para beneficiar a la patronal.
Cuando el debate giro sobre el tipo, debemos reconocer que el tipo nominal es más alto que el de otros países. No así lo que realmente pagan por los beneficios empresariales, debido al efecto de las deducciones. Según datos de la Unión Europea los impuestos suponen el 2,5% del PIB, mientras que en la CAV no llegan al 1,5%. Esto deja en evidencia, una vez más, las mentiras de la patronal.