El 8 de marzo llega con el debate presupuestario de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) en plena ebullición. Cada 8 de marzo denunciamos las situaciones de discriminación y violencia que sufrimos las mujeres en diferentes ámbitos de nuestra vida, al tiempo que hacemos un llamamiento a las instituciones y a los dirigentes políticos para que pongan en práctica leyes, políticas y medidas valientes y feministas con objeto de cambiar la situación de raíz.
El 8 de marzo llega con el debate presupuestario de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) en plena ebullición. Cada 8 de marzo denunciamos las situaciones de discriminación y violencia que sufrimos las mujeres en diferentes ámbitos de nuestra vida, al tiempo que hacemos un llamamiento a las instituciones y a los dirigentes políticos para que pongan en práctica leyes, políticas y medidas valientes y feministas con objeto de cambiar la situación de raíz.
Tienen este año una oportunidad inmejorable para poner en marcha medidas prácticas y factibles que hagan frente a la discriminación estructural que padecemos las mujeres. Basta con tener voluntad política, ahora que el Gobierno Vasco está a punto de presentar los presupuestos para la CAV. Las cuentas públicas son, en esencia, algo más que un informe técnico sobre ingresos y gastos que se elabora lejos de la ciudadanía. Los presupuestos son decisiones políticas. Sirven para concretar cómo y en qué se va a invertir el dinero público; en una palabra, se trata de una de nición muy signi cativa del modelo de sociedad que se quiere construir. Asimismo, los presupuestos son el instrumento más importante de un país a la hora de repartir su riqueza. Huelga decir que solo se pueden garantizar condiciones de vida dignas para todas y todos los ciudadanos a través de un reparto justo, equilibrado y ético de la riqueza.
Queremos presupuestos feministas. Queremos y necesita- mos presupuestos que pongan la sostenibilidad de la vida en el centro, protejan y garanticen las necesidades y los intere- ses de las personas y permitan hacer frente a la precarización de la vida..
– Plan integral contra la precariedad y la pobreza: la pobreza debe dejar de tener nombre de mujer, por lo que se han de recoger medidas y estrategias concretas que sirvan para revertir la situación.
– Salario mínimo de 1.200 euros.
– Revocar los recortes aplicados en la RGI y demás ayudas y adoptar medidas para fortalecer la protección social; más si cabe en estos tiempos en los que el número de perso- nas que necesitan prestaciones sociales aumenta sin cesar, pese a tener un empleo.
– Red social de vivienda pública: se debe cumplir, sin excepciones, el derecho subjetivo de vivienda garantizado en la propia ley de vivienda.
• LANA BANATU
– Ley de responsabilidad y conciliación que vele por la vi- sión integral del trabajo:
– Con guración de una red de servicio sociocomunitario que responda de forma adecuada a los ciclos de cuidado de la vida.
• ACABAR CON LA VIOLENCIA MACHISTA
– Plan educativo a implantar en todos los centros escolares e institutos, dotado de recursos técnicos y económicos.
Por lo tanto, con la llegada del 8 de marzo, el Gobierno Vasco y los dirigentes políticos tienen este año la oportunidad de pasar del discurso formal y vacío de todos los años a dar pasos valientes en forma de medidas prácticas y feministas. Deben decidir entre recorrer ese camino junto a las mujeres o volver a defraudarlas. Nosotras, las mujeres, no vamos a aceptar otro fraude.
EGIN KONTU! Aurrekontu feministen garaia da [PDF]
Bilbo: Arriaga, 19:30
Iruñea: Gaztelu plaza, 20:00
Donostia: Bulebard, 19:00
Gasteiz: San Anton Plaza, 20:00
Baiona: Herriko Etxea, 18:30