La distribución de la renta es un factor que determina el grado de equidad o desigualdad que existe en una sociedad; por tanto, además de influir en la calidad de vida y la cohesión social, también repercute directamente la incidencia de la pobreza y el riesgo de exclusión.
En este sentido, resulta alarmante comprobar que el incremento de la desigualdad en la CAPV sea uno de los más elevados de la Unión Europea. El índice de Gini1 que mide la desigualdad en la distribución de la renta disponible registró un aumento del 7,5% entre los años 2008 y 2014. Esto significa que la desigualdad de ingresos en la CAPV creció un 7,5%.
Dicho incremento está muy por encima del promedio de la Unión Europea, donde tan sólo aumentó un 0,3% en el mismo periodo de tiempo. Mientras que en la eurozona la desigualdad habría aumentado de media un 1,6%.
Por tanto, en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa la desigualdad ha crecido 23 veces más que en la Unión Europea. Y sólo en cinco estados de la UE el agravamiento de la brecha social ha sido mayor: Chipre, Estonia, Hungría, Dinamarca y Eslovaquia.
1.- El índice de Gini proporciona una medida de la desigualdad; por esa razón resulta muy útil para estudiar el grado de concentración de los ingresos en la sociedad y analizar cómo se distribuyen entre los grupos sociales más ricos y más pobres.