A medida que las diferentes reformas laborales han ido avanzando, el interés de la patronal por recortar derechos en los marcos de trabajo se ha convertido en una constante. Cuando la precariedad, la explotación, la discriminación por género, los salarios de miseria,… han pasado a ser el len- guaje habitual del empresariado, es cuando han quedado en evidencia los defensores de un modelo sindical servil y cau- tivo por las prebendas recibidas.
En una situación donde la lucha y la organización son la re- ferencia para impulsar cambios en la políticas económicas y sociales, es más importante que nunca la confrontación entre los dos modelos sindicales imperantes. El modelo marca España se mueve alrededor del “que hay de lo mío”, muestra su disposición a la firma de convenios en minoría (si existen prebendas por medio), a vender nuestros derechos, a aceptar recortes y retrocesos en nuestras condiciones la- borales y sociales,… Y lo que es más grave, estan dispuestos a ser la tercera pata que sostiene el sistema, conjuntamente con la patronal y las clases dirigentes.
Desgraciadamente para la patronal existe otro modelo sin- dical, al que han intentado ilegalizar acusándole de preocu- parse también de problemas sociales, al que quieren comprar con puestos en supuestos órganos sociales donde solo se busca acallar las voces discordantes, al que quieren desactivar dando legitimidad a convenios firmados contra la mayoría,… En definitiva, un modelo que apuesta por la lucha, la organización y por activar a todos los sectores y condiciones, personas fijas, eventuales, trabajadoras del hogar, estudiantes en practicas, autónomos, precarias, pa- rados y parados,… sera así como consigamos un verda- dero cambio.
Hace 41 años, las calles de Gasteiz se llenaron de rabia y dolor, cuando el estado reaccionó de manera salvaje asesi- nando a cinco trabajadores, pero también se llenaron de dig- nidad y ejemplo de lucha. Ellos y ellas no cedieron, no vendieron sus derechos, no traicionaron los principios por los que tomaron las calles, fueron muy conscientes que la patronal jamás regala nada si no tiene contrapartida, que los derechos se conquistan y se defienden y lo que es más im- portante, lo que defendemos y conquistamos hoy es en clave de futuro.
Las personas que formamos parte del proyecto sindical de LAB entendemos que es ese el modelo: la organización como elemento fundamental, la lucha como instrumento dinamizador y la activación social como cauce determi- nante. Esa es nuestra propuesta: organizarnos y luchar conjuntamente, contra la precariedad, contra la injusticia social, contra el capitalismo, por ser dueños y dueñas de nuestro futuro en la construcción de una Euskal Herria in- dependiente y socialista.