La evolución del paro registrado no proporciona una medida ajustada del volumen real de empleo que se ha perdido en el último mes. En concreto, la información de la Seguridad Social revela que la afiliación al instituto público se ha reducido en 12.500 personas, lo que supone una destrucción de empleo significativamente superior a la que cabría deducir de los datos de paro registrado.
Este hecho pone de manifiesto una vez más que gran parte de los nuevos empleos son precarios e inestables, y por lo tanto muy frágiles. De ahí que sea tan importante volver a recordar que en materia de creación de empleo la cantidad es importante, pero la calidad es fundamental.
Evidentemente, la mala calidad del empleo tiene responsables políticos y económicos, pero sobre todo, dice mucho acerca de la “calidad” de la patronal y de su modelo empresarial.
Por ello consideramos que ante la actual crisis de precariedad es urgente concentrar todos los esfuerzos en combatir un modelo socioeconómico que no contempla el empleo como una prioridad, y sin embargo, valora la precariedad como una fórmula de inserción laboral inevitable.