Hoy hemos venido a registrar ante la Diputación de Gipuzkoa, así como en Bizkaia y Araba, el análisis que hemos realizado sobre política fiscal en Europa y Hego Euskal Herria y nuestras propuestas para una fiscalidad más justa y solidaria.
Los principales ejes de nuestra propuesta en materia de política fiscal son:
– Recuperar la soberanía fiscal plena.
– Establecer el mismo tratamiento fiscal para todas las rentas, eliminando los privilegios de las rentas de capital y los beneficios empresariales
– Reforzar la progresividad del IRPF y asegurar así que pague más quien más tiene.
– Eliminar las reducciones y deducciones fiscales que conllevan efectos regresivos, como las aportaciones a las EPSV o a otro sistema privado de previsión social.
– Suprimir las deducciones y bonificaciones del Impuesto sobre Sociedades.
– Limitar la compensación de bases imponibles negativas (pérdidas).
– Generalizar la aplicación de un impuesto sobre la riqueza que tenga en cuenta todos los bienes patrimoniales y las participaciones empresariales.
– Lucha eficaz contra el fraude.
– Perseguir y sancionar los acuerdos secretos entre empresas y autoridades fiscales (“tax rulings”).
– Impedir, obstruir y castigar la actuación de empresas establecidas en paraísos fiscales o con filiales que operen en dichos territorios.
En definitiva, una fiscalidad más justa, solidaria y progresiva que haga pagar más a quienes más tiene para poder garantizar las necesidades básicas y los derechos económicos y sociales de toda la sociedad vasca.
Existe un amplio margen hasta igualar el nivel de ingresos fiscales con el de los países más avanzados de Europa (incluso con la media comunitaria).
El aumento de los ingresos públicos no debe suponer un incremento de impuestos a la clase trabajadora, que ya soporta un sobresfuerzo fiscal en comparación con las rentas de capital y los beneficios empresariales; sino de un reparto más justo de las cargas fiscales y de la persecución del fraude, concentrado en las grandes fortunas.
Hay alternativa, solo hace falta voluntad política para hacerla realidad, para ponerla en marcha pero, desgraciadamente, vemos que quienes gobiernan estas instituciones apuestan por seguir castigando a la clase trabajadora mientras ayudan a los ricos, a las rentas de capital y a los beneficios empresariales.