«A las mujeres se nos ha negado durante años la posibilidad de participar en la sociedad en igualdad de oportunidades. El actual sistema capitalista tiene su origen en el patriarcado, el cual pretende condenarnos a las mujeres a una dependencia económica y emocional hacia los hombres.»
Nos han encargado las labores de cuidados sin tener en cuenta nuestras propias necesidades, y no se nos ha dejado participar en las decisiones que han influido en nuestro futuro siendo minusvaloradas socialmente.
¿Cómo van a garantizar nuestro proceso de envejecimiento con dignidad más allá de la caridad o de manera que superara la asistencia familiar individual? Porque si hoy aún hay algo claro, sin duda, es que para nosotras, las mujeres, en lo referente al trabajo de cuidados, no existe edad de jubilación. Seguimos teniendo que asumir los cuidados de nuestros familiares a consecuencia de la imposibilidad del actual sistema para poder garantizar unos servicios sociales de calidad, los cuales día tras día van mermando a consecuencia de los diferentes recortes que nos están imponiendo
Esta situación se agrava cuando envejecemos, dificultándonos aún más la adquisición de los derechos que deberíamos tener como ciudadanas.
Hoy en día, deberíamos tener recursos para hacer frente a la violencia sexista y a la pobreza, y para envejecer con dignidad, pero el sistema actual no asume estas deficiencias, dejándonos esa responsabilidad a nosotras, y no nos garantiza los mínimos para una vida digna.
Y toda esta situación ha empeorado a consecuencia de la actual crisis socio-económica, recortes en las pensiones, copago de sanidad, recortes en dependencia…
Durante muchos años, las mujeres del sindicato LAB hemos estado luchando por el derecho al empleo y, por lo tanto, en defensa de nuestros derechos como ciudadanas.
Han sido largas luchas individuales y colectivas que han tenido, en muchos casos, unos costes personales muy grandes, pero que nos han posibilitado ir avanzando en la conquista de nuestros derechos. Constatamos nuestro compromiso con esta lucha, hoy, como mujeres mayores y pensionistas.
Debemos organizarnos y luchar para dejar atrás la dependencia y el olvido. Desarrollar nuestro autoestima, el empoderamiento y la autodeterminación personal, como mujeres jubiladas, luchar por nuestros derechos. Por todo ello, más allá de campañas e imágenes, exigimos lo siguiente:
− Una educación no sexista, que impulse el compartir roles, responsabilidades, trabajos y tiempo de ocio entre mujeres y hombres de forma solidaria.
− Exigimos que desaparezca cualquier violencia que se difunda por los medios de comunicación, o por medio de la cultura.
− Los derechos personales de cada familia deben estar garantizados, todas y todos deben tener la seguridad de desarrollarse por encima de los patrones, y poder disfrutar del mismo beneficio.
− Las mujeres debemos tener derecho a recibir prestaciones sociales y económicas sin tener dependencia de la unidad familiar.
− Derecho a una vivienda digna y gratuita.
− Derechos para una pensión propia.
− Derechos para poder participar, para poder decidir y ser activas en cualquier ámbito de la sociedad.
A fin de cuentas, exigimos la creación de una nueva Euskal Herria, donde las mujeres y los hombres seamos tomados en cuenta en libertad e igualdad, y convivamos conjuntamente.
Las mujeres mayores y pensionistas somos sujetos de plenos derechos, hoy más que nunca (políticas de recortes permanente, retroceso en los derechos alcanzados,…) se hace necesario la unión de todas las mujeres mayores y pensionistas para proteger nuestros derechos conquistados y conseguir otros aún pendientes. Por ello, este 8 de Marzo, ¡nosotras tambien estaremos en las calle! »
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