Esta mañana hemos concocido el acuerdo del Gobierno de Navarra por el que se destruyen un total de 336 puestos de trabajo, algunos directamente eliminados con despidos y otros, jubilaciones que no van a ser cubiertas.
El Gobierno estaba obligado a realizar un estudio de la plantilla para detectar posibles desajustes, pero este estudio nunca ha sido puesto a disposición de las organizaciones sindicales por lo que dudamos mucho siquiera que exista.
Al contrario, las únicas explicaciones que han dado es que este nuevo recorte se debe a la ausencia de dotación presupuestaria, es decir, únicamente han tenido en cuenta criterios presupuestarios y en ningún momento se han planteado si esos puestos son necesarios o no.
Por lo que respecta a las trabajadoras de las cocinas del CHN, la realidad está poniendo en su sitio a los pésimos gestores que estamos sufriendo: no supone ningún ahorro económico y el servicio ha pasado de ser muy satisfactorio, a que los pacientes estén comiendo auténtica basura, y lo que es peor, estén poniendo en peligro sus procesos sanatorios. Incluso han empezado a aparecer noticias como las de un paciente diabético que se ha puesto en huelga de hambre para protestar por la calidad de la comida y el servicio que está recibiendo. En otros casos los pacientes han optado por llevarse la comida de casa.
Esta nueva reducción de plantilla en diferentes ámbitos de la administración va a provocar un empeoramiento en la atención de los usuarios y usuarias, acumulaciones de trabajo y en definitiva el deterioro de los servicios públicos y de las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras. Argumentan que con esta medida ahorrarán 11 millones de euros aunque no dan más explicaciones. Ponemos en duda estos datos sobre la base de los diferentes informes emitidos por la Cámara de Comptos, que están demostrando que la mayoría de las medidas que está tomando el Gobierno de Navarra no son realistas y en muchos casos no aportan ahorro sino que acaban ocasionando más gasto, al tener que sacar fuera servicios que hasta ahora se hacían con personal propio.
Por último alertamos a la población que no estamos ante un mero problema laboral. Los servicios públicos son para toda la ciudadanía y su deterioro nos afecta a todos y todas. Las consecuencias van más allá de la pérdida de puestos de trabajo y sus consecuencias serán percibidas por toda la población.
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