El 25 de agosto, el trabajador P.M.S., de la empresa Pesquería Vasco Montañesa SA (PEVASA) de Bermeo, falleció en aguas próximas a Dakar (Senegal). La muerte del arrantzale bermeano que faenaba en el barco ha sido calificada oficialmente como no traumática. Con este, en 2024 han fallecido al menos 40 trabajadoras y trabajadores en accidente laboral, 6 de ellas y ellos en agosto.
En primer lugar, desde el sindicato LAB queremos mostrar nuestra solidaridad y dolor a familiares, amistades y compañeros y compañeras del fallecido.
Debemos denunciar que a la hora de analizar y aclarar este tipo de accidentes nos encontramos con enormes trabas y falta de transparencia. Asimismo, cabe destacar que detrás de las muertes no traumáticas hay diferentes factores y que la carga de trabajo, los ritmos, el estrés y los factores presentes en este tipo de actividad influyen directamente.
Desde LAB queremos denunciar esta muerte de forma firme. Las vulneraciones de derechos que se producen en el sector pesquero, la falta de convenios dignos y de medidas de seguridad, las jornadas interminables o las duras y no reguladas condiciones laborales que caracterizan al sector son las responsables de estas muertes.
Los causantes de estas muertes no son sólo las anteriormente mencionadas anteriormente. Son empresas e Euskal Herria las que explotan y saquean los mares de Senegal y otros lugares, con la ayuda de las autoridades de aquí. Es conocida la apuesta decidida del Gobierno Vasco por las empresas que tienen grandes atuneros y gestionan la flota de gran altura. En lugar de utilizar los recursos para garantizar la seguridad de las y los pescadores, les dan dinero para comprar armas con las que protegerse de los ataques de los piratas.
Menosprecian las otras artes pesqueras como la de bajura, mucho más sostenibles y cercanas, y que se están ahogando en la necesidad de un plan estratégico.
El sector pesquero al completo necesita una modificación de las condiciones de trabajo y una regulación legal. Basta ya de trabajar con reglamentos y costumbres de hace muchos años. La regulación influiria en la tasa de accidentes y muertes.
Las políticas de pesca del Gobierno Vasco se centran exclusivamente en el saqueo de los mares de otros países. Las empresas contratan a personas autóctonas para trabajar en condiciones precarias y perder la vida en el trabajo. Las empresas que utilizan sistemas coloniales reciben dinero público, además de un apoyo incondicional. Estas políticas también son responsables de los accidentes de arrantzales en el mar.
Por ello, exigimos a las empresas que garanticen unas condiciones adecuadas de salud laboral y al Gobierno Vasco, que garantice un cambio de rumbo en torno al modelo y el cumplimiento de las medidas necesarias en salud laboral.