2024-11-22
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25-M, el soberanismo de izquierda debe seguir avanzando

Artículo de opinión de Hasier Arraiz (Presidente de Sortu), Ainhoa Etxaide (Secretaria General de LAB) y Gotzon Elizburu (Portavoz de Ernai).

25-M, el soberanismo de izquierda debe seguir avanzando
La primavera se abre paso poco a poco también en Euskal Herria y sin embargo, el clima electoral sigue siendo gélido. La opacidad del andamiaje institucional europeo ha hecho crecer de forma exponencial la sensación de lejanía que ya tenía gran parte de la ciudadanía, también en Euskal Herria. Pero, sin lugar a duda, la creación de la llamada Troika –FMI, BCE y Consejo Europeo– como órgano rector de todas las políticas económicas y sociales ha puesto en cuestión la necesidad de instituciones europeas en gran parte de la clase trabajadora y los sectores populares de todos los países europeos, incluído el nuestro. No es para menos. La Troika, y los gobiernos que obedientemente cumplen todas sus directrices, son los responsables de que seamos los y las trabajadoras y las personas en situaciones más desfavorecidas quienes estemos pagando –vía recorte de derechos laborales y sociales– las consecuencias de la crisis sistémica originada por el neoliberalismo salvaje encarnado por el sistema financiero y la banca.

Pero no creemos que ése sea el único factor que explique la gelidez de la campaña electoral que no ha hecho más que empezar. Pensamos que los partidos políticos que están menos interesados en la transformación política y social de esa Europa, los más conservadores y de derecha, como el PP o el propio PNV, son los que más empeñados están en una campaña de perfil muy bajo, puesto que, consideran que una muy alta cuota de abstención –como la que se prevee– les favorece principalmente a ellos, ya que las y los abstencionistas serían mayoritariamente personas críticas con el actual modelo de construcción europeo.

Quienes suscribimos este artículo, vascas y vascos, independentistas y socialistas, consideramos que no podemos resignar- nos en la abstención y que, desde un punto de vista extraordinariamente crítico con esta Unión Europea, debemos participar de forma activa en estas elecciones dando nuestro voto a la candidatura de EH Bildu. ¿Por qué?

Puertas y ventanas a la independencia de Euskal Herria: En nuestra opinión, un proyecto político independentista como el de la izquierda abertzale no puede negarse a sí mismo la posibilidad de abrir cualquier puerta o ventana en el exterior, por pequeña que sea, que pueda crear influencia a favor del mismo y contribuya así a hacerlo realidad. Euskal Herria está inmersa en un proceso democrático que tiene por objetivo hacer de sus ciudadanas y ciudadanos el sujeto político que decida sin injerencias externas su futuro en todos los ámbitos que afectan a nuestras vidas. En Europa cada vez más vientos que soplan a favor del derecho a decidir, ya que cada vez en más países europeos se observa con naturalidad, como un ejercicio de profundización democrática, que cada comunidad que comparte unos determinados intereses tome sus propias decisiones.

Es momento de abrir una ventana a la independencia de Euskal Herria en Europa –ya que, por desgracia, hoy por hoy Josu Juaristi será el único independentista vasco en Bruselas– y también es momento de aprovechar ese vendaval a favor del derecho a decidir que recorre Europa.

Confrontación de modelos: Nos parece importante participar en estas elecciones europeas para poner en evidencia, tanto en Euskal Herria, como en Europa la confrontación de modelos económicos y sociales que existe. Debemos de poner frente a este modelo que se nos presenta como único, sin alternativa posible, otro modelo económico y social que basándose en el respeto a los derechos laborales y sociales avance hacia un horizonte de justicia social. Debemos decir aquí y allí, en Euskal Herria y en Bruselas, que el neoliberalismo tiene alternativa, que todo no es el Grupo Popular y el Grupo que se autodenomina Socialista.

Debemos demostrar que las cosas se pueden y se deben hacer de otro modo, que podemos cambiar las políticas económicas y sociales y vamos a hacerlo decidiendo aquí, en Euskal Herria, en contra de las directrices de la Troika. Pero, además, necesitamos unir nuestras fuerzas con todas aquellas que como nosotras sentimos la necesidad y creemos en la potencialidad de una alternativa socialista en toda Europa para que esta agonía de esta fase del capitalismo evolucione a un modelo de justicia social en beneficio de la clase trabajadora y los sectores populares.

Un ojo en Europa, otro en Euskal Herria: No podemos aislar esta convocatoria electoral de la situación política que vivimos en Euskal Herria. Nos estamos aproximando a un punto de inflexión en la creación de la hegemonía soberanista. La persistencia de la crisis económica en nuestro país demuestra que sin hacer cambios profundos de modelo es imposible salir de la crisis. Dicho de otro modo, la vieja táctica de sacar el paraguas y esperar, a ver si escampa la tormenta y, eso sí, lo sentimos por quien se quede fuera del mismo, hace aguas irremediablemente. El abundar en las viejas recetas no solo no crea empleo, sino que continúa destruyéndolo y generando precariedad y pobreza.

Los gobiernos de Urkullu y Barcina se distinguen, cada uno a su forma, por aplicar obedientemente todas las restricciones impuestas por la Troika y el gobierno de Madrid. El gobierno de Barcina lo hace con prepotencia y arrogancia y el de Urkullu lo hace diciendo que no lo hace, pero los resultados son cada día más parecidos. Lo peor es que tanto UPN como PNV lo hacen sobre la base de la negación a tomar decisiones soberanas en Iruñea y Gasteiz. Ambos gobiernos se niegan radicalmente a cambiar de rumbo y avanzar en otra dirección porque para ello necesitarían alianzas de país.

De UPN, como soporte político-institucional de un regimen corrupto y caduco, solo esperábamos que, con un mínimo de dignidad, Yolanda Barcina se fuera a casa, pero lo que le sobra de arrogancia le falta de lo otro. Del PNV cabía esperar algo más, pero se niega por sistema a cualquier acuerdo con la izquierda soberanista vasca, aún a costa de cavar más hondo el agujero en el que están metiendo a cada vez más alavesas, vizcaínas y guipuzcoanas, que se están quedando algunas sin trabajo, otros sin prestaciones sociales, familias sin casa, personas sin cuidados o sin camas en la sanidad pública y tantas y tantas jóvenes preparadas y obligadas a emigrar. Todo eso sucede y tanto UPN como PNV, Urkullu y Barcina, miran cada uno a un lado, en lugar de mirar de frente a los problemas reales del país, que son los de las personas que en él viven.

Mientras tanto, UPN, con la imprescindible colaboración del PSN, hace gala de que su prioridad es que los navarros y navarras no decidan el futuro de Nafarroa y el PNV dice unos días una cosa y otros la contraria. Pero con sus hechos, el partido de Urkullu demuestra que quiere poner a enfriar –en la famosa ponencia– el debate político sobre el derecho a decidir y que prefiere hacer el camino de la mano de un PSE, que niega desde un primer momento el derecho a decidir de los vascos y las vascas.

En esta nueva fase política que comienza con el cambio de estrategia de la izquierda abertzale y la articulación del espacio soberanista de izquierda en Euskal Herria, el soberanismo avanza en espacios sociales hasta ahora cerrados porque ya no solo responde a necesidades subjetivas, basadas en factores identitarios, sino porque se perfila como la única alternativa solvente para responder a las necesidades objetivas, las que se basan en factores económicos y sociales, de los vascos y las vascas, y en especial de las de su clase trabajadora.

Por mucho que estas elecciones a veces suenen a cuestiones lejanas, el avance social del soberanismo de izquierda no se puede tomar vacaciones en mayo. No hay paréntesis, todo está inevitablemente unido y el 25 de mayo la hegemonía política y social sigue en juego. Ese día nadie debe inmovilizar el voto porque ello sólo beneficiaria a quienes se oponen al proceso de liberación nacional y transformación social de Euskal Herria. Por ello, llamamos a todas y todos los independentistas de izquierda a apoyar a EH Bildu en las próximas elecciones europeas.
 

 

 

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