Hoy, última jornada de huelga de las trabajadoras de residencias de Bizkaia, nos hemos movilizado en Bilbo bajo el lema Los trabajos de cuidados son trabajos públicos. Las trabajadoras de los servicios sociales de cuidados privatizados han salido a la calle junto con los y las ciudadanas que apoyan su lucha.
Hoy las trabajadoras de servicios sociales de cuidados se han reunido en Bilbo. Durante los últimos meses han impulsado luchas modélicas en Bizkaia en la mejora y defensa de sus condiciones laborales. Madres Mercedarias, Gorabide, Apnabi, Gaude, Ayuda a domicilio, trabajadoras de hogar, trabajadoras de residencias, trabajadoras de la residencia Santa Mariñe… todas y todos tienen algo en común: realizan trabajos de cuidados, sostienen el sistema de cuidados de Euskal Herria y son esenciales.
La titularidad de los servicios sociales de cuidados depende de las instituciones, que son las que han decidido privatizarla. El PNV, el Gobierno Vasco y las Diputaciones mercantilizan el derecho de las ciudadanas y los ciudadanos vascos a ser atendidos. Las trabajadoras de los servicios sociales de cuidados prestan un servicio público, su trabajo sustenta todo un sistema de cuidados, pero tanto las Diputaciones como el Gobierno Vasco están hundiendo el sistema de cuidados de la mano de los empresarios. La privatización lleva al sistema de cuidados a la degradación y afecta directamente tanto a las trabajadoras como a las y los usuarios.
El negocio entre el PNV y los empresarios y el afán de lucro económico condena sus condiciones de vida y de trabajo a la miseria. Frente a esto, exigimos una gestión directa por parte de las instituciones de los servicios sociales de cuidados, ya que la voluntad política no puede ser la única garantía de las trabajadoras, que exigen certezas, compromisos reales y un proceso de publificación.
Los cuidados no se pueden privatizar, es necesario hacer frente a la degradación y empeoramiento de los servicios a través de la publificación.
Las reivindicaciones del sindicato LAB al respecto son las siguientes:
1- El reconocimiento del derecho a ser atendidas, la necesidad de un sistema público de cuidados que responda a las necesidades sociales de cuidado y que garantice unas condiciones de vida y trabajo dignas.
2- El reconocimiento de todos los servicios que garanticen la sostenibilidad de la vida y la publificación de los servicios sociales de cuidado privatizados. Es decir, que las administraciones públicas correspondientes se responsabilicen del correcto desarrollo, financiación y gestión de todos los servicios.
3- Las trabajadoras de cuidados y servicios sociales privatizados somos trabajadoras públicas. Reconocimiento social, político y económico de la deuda patriarcal ahora.
4- Reforzar los Servicios Sociales de cuidado públicos y dignificar las condiciones laborales de las trabajadoras; garantizar la capacidad adquisitiva de las trabajadoras, aumentar los ratios, mejorar las licencias u otros permisos, desbloquear la negociación colectiva…