El desempleo en la Unión Europea retrocede, según informó ayer Eurostat, afianzando así la tendencia descendente iniciada en el mes de octubre. En Hego Euskal Herria, por el contrario, el paro continúa aumentando y sigue una progresión ascendente que no parece tener freno a corto plazo.
Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal durante el mes de febrero el paro registrado en Hego Euskal Herria aumentó en 3.054 personas, un incremento muy superior al registrado en febrero del año pasado que aumentó en 1.948 personas.
Esta nueva subida supone un repunte del 1,6% respecto al mes de enero; aunque la evolución ha sido mucho más negativa entre la juventud, ya que el número de jóvenes (menores de 25 años) en desempleo ha aumentado un 4,9%.
En términos interanuales actualmente hay 10.409 personas más en paro, según los datos oficiales, lo que supone un 5,8% más que hace un año.
Mientras que en Europa el ritmo de la recuperación económica se consolida, aquí ni siquiera es capaz de sostener el nivel empleo. Ya hace más de dos años y medio que soportamos los efectos de la crisis económica y todavía el "ajuste" del empleo no parece haber tocado fondo.
Simultáneamente, asistimos a la mayor ofensiva de las últimas décadas contra los derechos laborales y sociales. Primero fueron los ajustes presupuestarios, el recorte del gasto social y la congelación de las pensiones. Le siguieron la reducción de sueldos en el sector público y la reforma laboral. Posteriormente, y con el aval de CCOO y UGT, se ha consumado el mayor ataque de la historia contra el sistema público de pensiones. Y ahora está en juego la negociación colectiva.
Todas estas medidas están diseñadas para fortalecer el poder arbitrario de la patronal, debilitar los instrumentos de contrapoder sindical y disciplinar a la clase trabajadora. Así lo confirman los efectos de las reformas emprendidas:
– La reforma laboral se ha demostrado inútil para crear empleo y reducir la temporalidad; pero mientras continúa la destrucción de empleo y disminuye el peso de los salarios en el reparto de rentas, los excedentes empresariales aumentan a un ritmo superior al 4%.
– Y la reforma del sistema de Seguridad Social, además de reducir la cuantía de las nuevas pensiones en más de un 20%, incluye el retraso de la edad de jubilación. Esta medida constituye, objetivamente, un nuevo obstáculo que complica todavía más el acceso de la juventud a un puesto de trabajo.
El rechazo a todas estas imposiciones, y la amenaza que se cierne sobre la negociación colectiva, requiere que el sindicalismo de clase y abertzale retome la movilización y redoble sus esfuerzos por impulsar un auténtico proceso de cambio político y social.
Gasteiz, 2 de marzo de 2011