Por unas condiciones laborales dignas y un convenio de Bizkaia nuevo, hoy es un día muy grande, el quinto día de huelga de esta semana y la decima en total. En casi todos los centros de trabajo la producción ha estado parada como nadie nos lo podíamos haber imaginado (el seguimiento ha estado sobre el 80% todos los días); y FVEM, con el único objetivo de esconder el éxito de estas huelgas, ha tenido que mentir, amenazar, utilizar la represión y sacar a la palestra a sus políticos.
Sí, ¡FVEM ha mentido! Manipulando hasta el extremo los datos sobre el seguimiento. Eldu, Vicinay, Lamincer, Pine, Kelvion, Ormazabal, Tecnichapa, Nemak, TVA, MCG, Gestamp, Grupo CIE, Ona Electroerosión… es interminable el listado de empresas totalmente cerradas o con asistencia mínima que no han producido estos días.
Antes de que llegaran los días de huelga, han hecho todo lo posible para sabotearla; amenazando para asustar empresa por empresa con despidos, cierres, EREs, la no renovación de contratos…
La represión sufrida por los y las huelguistas ha sido continuo; no dejaban que nos acercáramos a las empresas para ejercer nuestro derecho a informar (Arcelor Etxebarri y Betsaide en Elorrio son sólo dos ejemplos), identificando trabajadores y trabajadoras en cualquier momento, incluso fuera de los horarios y ubicaciones de los piquetes, golpeando y grabando a cualquiera y cualquier lugar.
Y Urkullu, Erkoreka o Azpiazu han tenido que salir públicamente a órdenes de FVEM/Confebask en defensa de la precariedad.
Esa ha sido la estrategia de la patronal durante la semana; quieren aferrarse a la precariedad que nos imponen, cueste lo que cueste; y, para ello, hacen uso del poder capital, poder político y el poder policial sin ningún escrúpulo.
En cambio, tenemos la otra cara de la moneda, los y las trabajadoras del Metal de Bizkaia, y los movimientos, asociaciones y personas que se han unido a la lucha; por encima de las amenazas, han izado la bandera de la dignidad. Junto a los y las huelguistas, están estudiantes, Ernai, pensionistas, Harro Plataforma, Eragin y muchos más; gracias a todos y todas, una lucha sectorial se ha convertido en una lucha popular; poder popular, solidaridad, orgullo y dignidad son la característica de la lucha del Metal de Bizkaia.
Al escuchar las crónicas sobre estos días, hemos oído hablar de incidentes y ciudadanos o ciudadanas enfadadas; noticias totalmente interesadas, por supuesto. Las personas que han salido a sus balcones a aplaudir y animar, comerciantes y hosteleros que se asomaban ante las movilizaciones con amplias sonrisas y gestos de cariño, aplausos de taxistas, o bocinas de coches y camiones… Nos hemos sentido arropados y arropadas; nos ha llegado solidaridad, cariño y admiración.
10 días de huelga, 240 horas de lucha… pero no ha terminado, vamos a conseguir un convenio del Metal digno para el Metal de Bizkaia:
– ¡Vamos a conseguir un convenio digno, vamos a terminar con la precariedad y no vamos a rendirnos! El derecho a la subrogación y la contratación digna. Junto a la igualdad entre mujeres y hombres y medidas dignas en salud laboral.
– ¡No aceptaremos ningún retroceso! La patronal ya tiene sus reformas laborales y el poder político a sus ordenes (la reforma de la negociación colectiva y Urkullu-PNV, como ha sido evidente esta semana); nosotras tenemos el convenio del Metal de Bizkaia, que será digno o no será!
– ¡El político que vende al pueblo, debe dimitir! ¡Urkullu manda el curriculum a Confebask y déjanos a la clase trabajadora en paz! Herria saltzen duen politikariak dimititu beharra dauka!
El lunes las y los trabajadores del Metal volverán a sus puestos de trabajo, orgullosas de la lucha que estamos llevando a cabo; pero a sabiendas de que esto no ha terminado. Gora Bizkaiko Metalgintzako langileak! Jo ta ke hitzarmen duina lortu arte!