Movámonos en el camino de la independencia, movilicémonos en el Aberri Eguna

Miramos al futuro desde la perspectiva de la independencia. Cuando en el estudio recién publicado por la Fundación Ipar Hegoa y el grupo de investigación Parte Hartuz sobre las actitudes y opiniones sobre el Estado Vasco, se pregunta a la gente sobre el derecho a decidir, una amplia mayoría, concretamente el 66,8%, responde de forma afirmativa y el 40,7% de las y los encuestados estaría a favor del Estado Vasco. Y no sólo eso, la mayor parte de las personas encuestadas cree que en un Estado Vasco viviría mejor.

La independencia es el instrumento más eficaz para construir un sistema contra los parámetros del capitalismo. Para LAB, la lucha por la independencia es la lucha por garantizar los derechos de todas las personas que viven en Euskal Herria. Independencia, ¿para qué? Para tener una vida más justa, para garantizar un reparto equilibrado del trabajo y de la riqueza, para la adecuada defensa de los servicios públicos, para garantizar las pensiones, para hacer realidad los derechos de las mujeres, para garantizar el futuro de la juventud. Independencia, para responder a la necesidad de cambio de los y las trabajadoras vascas. Independencia, para poder situarnos mirando al futuro.

En estos momentos en los que se acerca el Aberri Eguna, tenemos muchas razones para reivindicar la independencia de Euskal Herria. La independencia no es un objetivo por sí mismo, sino un instrumento. Es el medio más adecuado para garantizar el bienestar y el empoderamiento de las y los trabajadores vascos.

La independencia no garantiza el cambio social por sí misma, pero sin ella no hay cambio posible. Es imprescindible para la transformación social fomentar el bienestar y el empoderamiento de trabajadores, trabajadoras y sectores populares, por la senda de la soberanía, haciendo realidad el derecho a decidir, para poder decidir qué Euskal Herria queremos en el futuro y cómo la queremos.

En puertas del Aberri Eguna de 2016, el sindicato LAB también dice que SÍ a la opción independentista, sí, partiendo del ejercicio del derecho a decidir a la construcción de un Estado vasco independiente, socialista, euskaldún y feminista.

FRENTE A LA DICTADURA ECONÓMICA, EUROPA SOCIAL Y DE LOS PUEBLOS

Hoy en día es el Capital quien manda en Europa. A los pueblos, a las personas, nos han robado la palabra y la decisión. Cada vez estamos más lejos de los centros de decisión. Son los mercados y los especuladores quienes deciden, las transnacionales disfrutan de libre circulación, pero a las personas nos tienen atrapadas entre muros, redes y lodo.

Miles de personas están obligadas a abandonar sus pueblos, lugares de residencia, empleos y familias, bien sea por razones económicas o conflictos bélicos. Las políticas y medidas que adoptan hoy las instituciones europeas responden a intereses económicos, financieros y bélicos que poco tienen que ver con nosotras y nosotras, y además, nos avergüenzan. Le llaman crisis humanitaria, pero es una crisis política con unas consecuencias humanitarias sumamente graves.

También sufrimos aquí la influencia y consecuencias de las políticas de austeridad. Por encima de los intereses de los mercados y ante las salvajadas contra la humanidad necesitamos la Europa Social y de los Pueblos que sitúe a las personas en el centro y ahí, Euskal Herria, como pueblo, debe situarse con una estructura de Estado propia. La llave del futuro es la Europa Social de los Pueblos. Tenemos que construir alternativas ante el capitalismo. Nuestra alternativa es el Estado socialista vasco.

ESPAÑA Y FRANCIA = AUSTERIDAD Y RECENTRALIZACIÓN

Alineados con la dictadura económica de Europa, los estados francés y español nos imponen sin cesar políticas de austeridad y utilizan la más pequeña opción para profundizar en el proceso de recentralización. En Francia el Gobierno de Hollande se ha atrevido a poner encima de la mesa una reforma laboral similar a la española, poniendo en cuestión hasta la propia semana laboral de 35 horas.

En España, por su parte, la situación creada tras las últimas elecciones estatales no parece que traiga demasiadas novedades en las relaciones de poder. Cambiar cualquier cosa para que nada cambie. Eso es lo que vemos desde diferentes movimientos y fuerzas unionistas.
La subordinación respecto al estado trae consigo la negación de Euskal Herria. Recortes y reformas una detrás de otra, ataque a los derechos laborales, destrucción de la negociación colectiva, la anulación de la protección social, la extensión del paro y la precariedad, el incremento de la discriminación (ya sea de género o ideológica), violencia de género, ataques contra la cultura y el idioma…

Dentro de las estructuras de los Estados español y francés no hay ninguna posibilidad para la soberanía. Si vamos a avanzar por el camino de la soberanía hay un tema a resolver: quién, dónde y cómo se toman las decisiones. Tenemos la necesidad de constituir instituciones propias que nos den posibilidades de diseñar el proceso de desanexión para con el Estado y nos posibiliten cambiar la realidad. Queremos decidir sobre nuestro futuro, queremos esbozar nuestro futuro, para que tengamos una vida que merezca ser vida, partiendo del reparto del trabajo y de la riqueza, con suficiente protección social. Y para ello tenemos que recuperar recursos económicos y políticos.

ESTAMOS EN MARCHA EN EL CAMINO PARA CONSEGUIR LA INDEPENDENCIA

La crisis sistémica del capitalismo nos amenaza permanentemente con una adecuación aún más salvaje del sistema, pero partiendo de las fisuras que se han creado, la oportunidad para hacer un lugar a las posibilidades de cambio está ahí mismo.

Reivindicamos el cambio social frente al injusto modelo actual que genera exclusión, tenemos que construir un nuevo modelo social que sitúe a la vida en el centro, y para llegar hasta el último objetivo tenemos que poner en marcha distintos procesos de cambio.

La gran reforma territorial puesta en marcha por el Estado francés traerá consigo la fusión de las regiones y la desaparición de los departamentos. Ante los ataques del Estado, Ipar Euskal Herria reivindica la necesidad de tomar sus propias decisiones y en este sentido, ha recorrido un largo camino. En concreto, dentro de poco se espera que Ipar Euskal Herria se convierta en una entidad administrativa. Esto abriría la posibilidad de tomar nuestras propias decisiones también en el ámbito laboral.

El proceso de cambio que está en marcha en Nafarroa ha traído algunos avances: se ha terminado el apartheid sindical en las instituciones, se le han quitado algunos privilegios al Opus Dei, notamos una mayor disposición a responder a las peticiones ciudadanas, pero todavía no se ha iniciado la tarea de cambiar las bases al modelo económico y social. Necesitamos una democratización absoluta, empezando desde la administración hasta los centros de trabajo. Hace falta más, y por eso, en Nafarroa, para que el cambio social sea una realidad, reivindicamos el cambio en los centros de trabajo, el cambio en las condiciones laborales y de vida.

Aquí trabajamos y es aquí donde queremos decidir. Este ejercicio básico para nosotros y nosotras, no es tal para el Gobierno de Urkullu. En la CAV, el Gobierno sigue alineado con los intereses de las élites económicas, por lo tanto, lejos de dar pasos en la democratización de las relaciones laborales. Tras el guiño, aparentemente electoralista, de recuperar las 35 horas en el sector público, el Lehendakari se ha mostrado tibio ante las injerencias del Gobierno Español. Nos gustaría ver al Lehendakari defender un Marco Propio de Relaciones Laborales y de Protección Social y reconocer la dimensión política de la negociación colectiva, para hacer cumplir todos los derechos y competencias que nos corresponden y para responder a las reivindicaciones de la Mayoría Sindical, con la misma determinación con la que tomaba decisiones de manera unilateral y por decretazo. Todo lo contrario, hemos escuchado al señor Urkullu que los sindicatos estamos fuera de la realidad; es la realidad de trabajadores y trabajadoras la que está fuera del proyecto político del PNV. Ni en el camino de la soberanía, ni a favor de un ámbito propio de Relaciones Laborales y Protección Social, no podemos esperar propuestas reales a la medida de las necesidades e intereses de trabajadores y trabajadoras por parte de un Gobierno que margina a sindicatos y afirma que la independencia es un asunto del pasado.

La implicación social y la movilización serán indispensables para provocar el cambio. Allá donde no haya voluntades políticas tendremos que buscarlas y obligarlas, constituyendo y articulando mayorías sociales, no solo en lo que respecta a la crisis económica y social, también en el ámbito de la resolución del conflicto político.

Para poder avanzar en la normalización política, si vamos a cerrar una fase y abrir una nueva, tenemos muchos asuntos que aclarar, el principal de ellos la situación de los y las Presas Políticas Vascas. No se puede normalizar un Pueblo con centenares de presas y presos en las cárceles y bajo las garras de la dispersión. Tenemos que traerlos y traerlas a casa, no sólo desde el punto de vista de los derechos humanos, sin también desde la perspectiva de la aportación que necesita el proceso independentista, para que los y las presas políticas sean sujetos activos.

Es hora de ponernos a mirar al futuro solucionando problemas. Y mirando al futuro, hemos puesto en marcha el proceso de debate Abian en el seno de la Izquierda Abertzale, en torno a un proceso independentista transformador, con la intención de dar una respuesta adecuada a algunas preguntas del pasado y a otras más actuales, para crear oportunidades y condiciones para activar fuerzas.

Concretamente, cuándo y cómo salir de esta crisis económica es un debate político. Sólo dejando a un lado el oscuro futuro que nos quieren imponer y a través del camino de la soberanía construiremos una verdadera alternativa. El proceso independentista que nos lleve al estado vasco nos abrirá el camino que nos lleve a un modelo que garantice nuestros derechos sociales, económicos y políticos, avanzando en la democratización, echando a los defraudadores de las instituciones…

La independencia no solo responde a nuestras necesidades como nación. También tiene que ser una herramienta para solucionar los problemas económicos y sociales y el instrumento para ofrecer verdaderas alternativas a nuestros problemas socioeconómicos, a nuestras necesidades diarias, a cada uno y una de nosotras y nosotros.

Sí a la independencia, sí al Estado Vasco. Sí al proceso de democratización, a la protección social, a los servicios públicos de calidad, al euskara, sí a decidir nuestras relaciones laborales aquí, sí a desarrollar modelos de empleo e industriales propios, sí a la soberanía alimentaria, sí a otro modelo social que sitúe la vida en el centro, sí a un sistema digno de prestaciones y pensiones, sí al empleo de calidad, sí al derecho a la vivienda, sí al sistema educativo creado desde el pueblo y para el pueblo, en el seno de un sistema sólido de servicios públicos, sí a la libertad de expresión, sí a trabajar con salud para vivir, sí al cambio, tanto económico como social. Sí al reconocimiento de los derechos sociales y laborales de trabajadoras y trabajadores. Queremos soberanía para trabajadores y trabajadoras. Reivindicamos el derecho a decidir, y la nuestra es una decantación independentista. Sí, al estado vasco que recoja en un proyecto justo todos los derechos políticos y sociales.

MOVILIZACIÓN SOCIAL, CAMBIO POLÍTICO, INDEPENDENCIA

Necesitamos un amplio movimiento independentista para seguir caminando hacia la independencia. De cara a ese objetivo, en opinión de LAB el sindicalismo vasco tiene una función importante. En el camino que traerá la creación del Estado Vasco el ámbito social y sindical debe ser referente. Atraer a la clase trabajadora a este camino es nuestro reto, teniendo claro que la mejor vía par defender los intereses de trabajadores y trabajadoras es la independencia, la construcción de un Estado propio.

El sindicalismo vasco tiene que hacer su aportación, y LAB cree que más allá de las diferencias, es hora de construir nuevas alianzas, porque las situación de la clase trabajadora lo exige, porque el futuro de nuestro pueblo lo necesita. Esas mismas alianzas pueden ser el punto de partida para superar las diferencias.

Tenemos que avanzar de la mano de los sindicatos y a través de la movilización. Movámonos en el camino de la independencia. Este domingo tenemos la próxima cita. Desde LAB, sumándonos a la convocatoria de la red Independentistak, hacemos un llamamiento para participar en la movilización que se realizará el Aberri Eguna en Iruñea. Decimos sí a la independencia, sí al Estado Vasco, sí a construir nuestro futuro social, económico y político siendo dueñas y dueños de nuestras decisiones y nuestros derechos.