En el día por la igualdad salarial entre hombres y mujeres, hemos realizado una acción de protesta en Gasteiz, ante los Servicios Centrales de Osakidetza. Con la misma, hemos visibilizado las situaciones de discriminación que tenemos que vivir las mujeres y que aunque nosotras seamos mayoría en la plantilla de Osakidetza, son hombres quienes ostentan mayoritariamente las jefaturas.
Comunicado de LAB Osakidetza
BRECHA SALARIAL… Y EN OSAKIDETZA ¿QUÉ?
La brecha salarial de género no es una cantidad. Es un problema político.
Es una herramienta para no valorar nuestros trabajos, apropiarse de ellos gratuitamente, imponernos jornadas parciales, eventualidad, pagar menos y obligarnos a realizar los trabajos de cuidados sin los cuales este sistema capitalista heteropatrialcal no se sostiene ni saca beneficio.
Osakidetza no es una excepción en esto, lo que sí pretende es maquillar esta brecha existente confundiendo con sus datos y haciendo una lectura partidista de ellos. En su Memoria de 2018 nos dice ”Las mujeres representan en Osakidetza el 78% de la plantilla y es mayoritaria en los puestos directivos”. Pero a estos datos hay que quitarles la máscara y sacar el porcentaje real.
Podemos poner como ejemplo los datos obtenidos en la OSI Ezkerraldea-Enkarterri-Cruces. En ella hay una plantilla aproximada de 4400 personas y solo conocemos los datos de unas 4100. De esa plantilla, el 22% son hombres y un 78% son mujeres. De esta muestra de personas, 113 son jefaturas masculinas y 69 son mujeres.
Visto desde otra perspectiva, del personal masculino de esta OSI el 12,53% son jefaturas, mientras que en el caso de las mujeres este porcentaje llega solo al 2,16%.
A nivel global del ente, los datos (sacados de su propio diagnóstico) dicen que solo un 3´96% de las mujeres ocupamos puestos de mando, que el 92’55% de nosotras somos las que solicitamos las reducciones de jornada por guarda legal o que sufrimos más eventualidad, entre otros.
En LAB llevamos tiempo denunciando la falta de implicación real de las instituciones para implantar medidas contra esta discriminación que está totalmente relacionada con la organización social del trabajo, pero nos encontramos siempre con “cortafuegos” que ahora vienen disfrazados de morado. Y ahí seguimos, con cada vez más obstáculos para la mujer trabajadora embarazada, camino abierto hacia la privatización y subcontratación, dejando morir la atención primaria, sin plan de igualdad ni tan siquiera para hacer el paripé…
De todo esto salimos perdiendo como trabajadoras y como usuarias.
Por eso nos plantamos en Osakidetza, porque no creemos en este sistema.