Esta es la nota de prensa emitida por la plataforma Bizkaia Zero Zabor:
Ante la complaciente revisión del II Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos de Bizkaia (PIGRUB) 2005-2016 negándose a realizar un necesario III Plan, la Plataforma ZERO ZABOR BIZKAIA, apoyada por más de 50 entidades (sindicatos, partidos, organizaciones ecologistas, vecinales, profesionales..), manifestamos nuestro más profundo estupor.
Manifestamos que los responsables de la gestión de las basuras en Bizkaia, una y otra vez vuelven sobre el mismo terreno, con un informe hecho a su medida, justificando haber alcanzado los objetivos previstos y todo ello, con una complacencia que impide analizar la situación real y avanzar hacia una gestión de residuos eficaz y sostenible, sin riesgos para la salud.
El segundo plan de gestión de residuos no ha cumplido objetivos claves, se cierra sin una evaluación veraz y participativa, evitando sombra alguna sobre Zabalgarbi. La prórroga del Plan obsoleto del 2005 hasta el año 2020 para realizar una planificación acorde a los retos europeos es no querer afrontar la situación real, engañarse y engañar a la población, en definitiva. Cuando se necesitan cambios profundos, no se pueden admitir prórrogas.
Desglosemos:
– Participación. Bizkaia no cumple. La Diputación elude el debate público y la participación. No hemos recibido ninguna consulta, ni ninguna llamada a la participación. Es más, la información que tenemos sobre la III Revisión de este plan no es directa, sino recibida a través de la prensa, a pesar de haber solicitado la participación en numerosas mociones presentadas en diversos municipios de nuestro territorio (Bilbao, Getxo, Barakaldo, Erandio, Durango, Larrabetzu…). Se rehúye la participación social, soslayando de esa manera las críticas a un sistema caduco.
– RECICLAJE: ¿Cumple Bizkaia? La tercera revisión del plan de gestión se muestra satisfecha con la tasa de reciclado lograda en 2016, del 43,78%, superior al objetivo marcado del 40%. En realidad, el objetivo es del 44%, ya que debe sumarse un objetivo del 4% de compostaje, que en Bizkaia se queda en el 1,1%. Cuestionamos seriamente este dato de un 43,7% de reciclaje facilitado por el informe y por la propia Diputación de Bizkaia, y creemos que el dato real no llega al 40% .
Varias consideraciones hacen que tengamos serias dudas respecto a la veracidad del dato de un 43,7% de reciclado en Bizkaia. No viene mal recordar que ya en años anteriores (2013 y 2014) la Diputación de Bizkaia nos facilitó el dato de hasta un 68% de reciclaje en nuestro territorio. Dato que, en este 2016 y ante la evidencia de los hechos, ha tenido que corregir a la baja hasta situarlo en el 43,7%, que es el que nos proporciona a día de hoy.
En el informe mencionado, los resultados de diversos indicadores proporcionados por la Diputación, como la tasa de reciclado y el porcentaje de recogida separada, presentan una notable mejora en Bizkaia a partir de 2012. Estas mejoras se explican, en gran medida, por la inclusión a partir de ese año de un flujo anual de en torno a 70.000 toneladas de Residuos de Construcción y Reparación (RCR). Este flujo de residuos debería ser escombro generado en pequeñas obras domiciliarias. Pero mientras que en Araba este flujo es de 16 kg por persona y año y de 27 en Gipuzkoa, en Bizkaia generamos 60 kg. ¿Será que en Bizkaia nos pierde la albañilería casera? Creemos más bien que este flujo esconde residuos de construcción y demolición, no domiciliarios, que según la normativa europea no deben computarse como residuos urbanos, y que la Diputación computa como residuos urbanos reciclados.
Por otro lado, entendemos que los cálculos de los tratamientos finales no son correctos, pues se contabilizan las entradas en los mismos, sin tener en cuenta que no todo lo que entra es reciclable, y que de dichos tratamientos salen residuos en gran cantidad destinados a eliminación y/o vertedero. En concreto, en el año 2014 fueron 30.626 toneladas. Sin embargo, en los datos de 2016 esta salidas son 0 ¿No es esto una trampa para dar un dato mayor de reciclado?
Con un reciclaje sin llegar al 40% en el 2016, ¿podrá Bizkaia llegar al 50% para 2020, tal y como exige Europa? No creemos que la situación sea para complacerse.
– MINIMIZACIÓN. Bizkaia no cumple. Reducir y minimizar los residuos es el primer paso, el mejor residuo es el que no se produce. No se ha abordado por la Diputación, ni ha habido ninguna medida practica encaminada a este objetivo. No vale asimilar que la generación de residuos es 1,13 kilos por habitante y día, y que los 527 kilo anuales supongan el mismo dato que en 2001, siendo esto, como se reconoce en el informe, más por el efecto del avance tecnológico en las empresas y la crisis económica, y no por el del plan del 2005.
-COMPOSTAJE. Bizkaia no cumple. Fracasa estrepitosamente. No apuesta por el compostaje de manera clara y urgente. Está muy lejos de cumplir con la tasa de recogida separada de la matera orgánica, que actualmente, según se cita en la propia evaluación, se sitúa en un escaso 1,1 %, lejos del objetivo para 2016 del 4%. Gipuzkoa recoge 8 veces más cantidad de bioresiduo que Bizkaia, teniendo la mitad de población. Lo orgánico es clave ya que es casi el 40% de los residuos, suponiendo además su gestión la mitad de coste por tonelada, comparada con el coste de la incineración del contenedor de rechazo.
Por fin, aceptan lo evidente. Se va a trabajar en incluir en el contenedor marrón también los residuos orgánicos de carne y pescado cocinado. Esperemos que esta medida, tan reclamada por el movimiento ecologista, se adopte de forma inmediata para eliminar con ello una de las trabas a la implantación de la recogida selectiva de materia orgánica. Quedan todavía medidas pendientes para promover la recogida separada del residuo orgánico, tales como descuento en la tasa de residuos, contenedor personalizado también para la fracción resto que permita el seguimiento, etc.
-PLÁSTICOS. Bizkaia no cumple. No aborda el grave problema de los plásticos y envases, y aunque en la segunda revisión ordinaria del Plan 2005-2016, ya se preveían dificultades para alcanzar los objetivos marcados por la UE para 2020, como este horizonte temporal rebasa el del propio Plan, no se aborda el mismo hasta la elaboración de nuevos planes, a pesar de no alcanzar el objetivo (del 60% para 2016) previsto en el propio PIGRUB. ¿Cuándo será esto?
El sistema no funciona, hacen falta otras infraestructuras y medidas como sistemas de recogida separada que permitan cumplir con el objetivo europeo del 65% de reciclado (o del 70%, según el objetivo propuesto por el Parlamento Europeo). Hacen falta nuevos planteamientos, como el estudio del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) como primer paso del cambio de modelo de gestión de los envases.
– VERTEDEROS. Bizkaia no cumple. El depósito en vertedero es muy alto. Todavía el 20% de los residuos urbanos del territorio es depositado directamente en vertedero. Y no parece que vaya a disminuir en el futuro, ya que el recién reinagurado vertedero de Artigas prevé recoger anualmente unas 90.000 toneladas de vertido. ¿Qué se verterá allí? ¿Por qué reabrir vertederos ya sellados?
Y esto, sin tener en cuenta que Zabalgarbi, en sus 11 años de vida, ha producido medio millón de toneladas de escorias, y alrededor de 70.000 de cenizas tóxicas), cuyos análisis de peligrosidad están en entredicho. Además, las escorias han sido vertidas en vertederos de Bizkaia, aunque la Diputación las haya computado como material reciclado y por lo tanto, no entran en ese porcentaje del 20%.
-NUEVAS INFRAESTRUCTURAS. Bizkaia no cumple. La prórroga del Plan no solo hurta el debate, sino que constriñe las actuaciones en torno al problema de los residuos, pues cierra las puertas a la construcción de nuevas instalaciones o nuevos tratamientos para la recogida separada en origen, principalmente de la recogida de materia orgánica. Aunque la Diputación las señale como «indispensables para dar respuesta a nuestras necesidades», Bizkaia no dispone de las infraestructuras necesarias para el desarrollo del compostaje. Artigas es una planta infrautilizada a día de hoy y se demuestra poco adecuada para un desarrollo eficaz del compostaje en el conjunto de Bizkaia. Tampoco dispone de la infraestructura necesaria para el vertido de los residuos tóxicos de Zabalgarbi.
-INCINERACIÓN. Bizkaia no cumple. El informe hace pasar de forma desapercibida la columna vertebral del plan, que es Zabalgarbi. Una incineradora ideada hace 25 años que condiciona absolutamente el tratamiento de los residuos en Bizkaia. La contradicción se encuentra en los genes mismos de la propia incineradora. Se necesita basura con que alimentar al “bicho”, y por ello, políticas y medidas tendentes a promover la minimización, el reciclaje y el compostaje de los residuos son contradictorias con la existencia misma de la incineradora como columna vertebral del Plan de Gestion de la Diputacion de Bizkaia.
Además, esta incineradora sería una ruina económica, si no fuera porque recibe primas pro producir electricidad, que ascienden a unos 18 millones de euros anuales. Solo el 30% de esa electricidad viene de los residuos, y el 70% restante viene del gas natural, quemado de forma ineficiente. Las primas a Zabalgarbi salen de nuestros impuestos. Repetimos que en sus 11 años de vida, ha producido más de medio millón de toneladas de escorias y alrededor de 70.000 de cenizas tóxicas, vertidas en vertederos. Europa sitúa a la incineración de residuos (ni aun siendo considerada como valorización energética) en el anteúltimo escalón de los sistemas de tratamiento, por debajo de la minimización, el reciclaje, la recuperación y el compostaje, Desde esta Plataforma, no podemos aceptar, de ninguna forma, la incineración de residuos como un sistema eficaz, saludable y medioambientalmente sostenible para el tratamiento de los residuos.
Finalmente, por todo lo señalado y al contrario de lo que señala la Diputación Foral de Bizkaia, creemos que el actual sistema no funciona. Nos mantiene alejados de los objetivos europeos y de la economía circular. El Plan Integral de Gestión de Residuos de Bizkaia (PIGRUB) vigente durante los últimos 12 años (2005-2016) hizo una apuesta por un modelo de gestión centrado en la incineración de residuos recogidos sin separación, y es de suma urgencia modificar esta situación.